Hitos de 2020. Parte 2. De repente… el silencio

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Hagamos un experimento. Pregunte a su vecino o “allegado” mas cercano si recuerda qué se encontraba haciendo cualquier día de abril del año 2019. Si no obtiene una respuesta muy inteligible repita el mismo cuestionario cambiando abril de 2019 por abril de 2020. Pese a lo poco científico de esta prueba, el redactor de este texto está seguro de que obtendrá como respuesta términos bastante precisos como confinamiento, ERTE, teletrabajo, asintomático, aplausos o papel higiénico. Pocos olvidaremos el distópico e incierto segundo semestre de 2020, el año del bichito.

Pero, ¿qué estaba sucediendo mientras en el sector solar? Aquí van unas píldoras.

 

Confinamiento

Abril arrancó con una España aterrada, en bata y zapatillas y encerrada en casa. Mientras tanto, los datos de Red Eléctrica de España (REE) se publicaban e iban dejando un silencioso goteo de records en el sector solar. Así, el día 6 de abril publicamos que marzo fue el mes con mayor generación fotovoltaica desde que existen registros. REE había publicado un especial con un titular memorable “La fotovoltaica ilumina el camino hacia la transición energética” y confirmaba que en 2019 se habían instalado 4.158 MWp. En este contexto, el informe registraba 4 nuevos records absolutos: Potencia total instalada (8.871MWp), record de generación mensual absoluta en marzo (1.049 GWh), record de generación instantánea (26 de marzo a las 13.02 horas, la solar generó 6.337 MW) y record de penetración instantánea de la solar en el mix peninsular (el 29 de marzo a las 12.09 horas un 25% de los GWh generados tuvo su origen en los rayos del sol).

Por si esto fuera poco, la Agencia Internacional de la Energía confirmó que España volvía a la primera división solar mundial con una meritoria sexta posición global en el ranking de instalación. La cifra citada en un informe de la AIE fue de 4,4 Gap, mayor que la citada por REE pero en línea con las estimaciones. El llamado renacimiento solar español se antojaba más meritorio tras lograr el primer puesto de Europa por delante de Alemania (3,9 GWp) y Países Bajos (2,4 GWp).

Mientras el mundo parecía convertirse en un decorado de película de zombis, España no dejaba de batir sus propios records renovables. En abril se confirmó que a fotovoltaica generó el 6,8% de la producción nacional, el 72,6% se produjo a partir de tecnologías que no emiten CO2 a la atmósfera y el 47,9% de la generación fue renovable. Como indicamos previamente una menor demanda (17,3% inferior en abril) permitió una penetración relativa mucho más elevada. No obstante, la generación absoluta con fotovoltaica pulverizó todos los records previos con 1.143 GWh vertidos a la red en abril.

 

Desescalada

Mientras que buena parte de los sectores económicos congelaron su actividad en los meses de abril y mayo, el sector de la construcción en España y Europa no se paraba del todo y en este trimestre se anunciaron la inauguración de varios sistemas relevantes. El 8 de abril, Iberdrola hizo pública la puesta en marcha de la planta Núñez de Balboa, de 500 MWp, en Badajoz. La planta sigue siendo considerada hasta la fecha como la mayor planta fotovoltaica de Europa con 1.430.000 paneles fotovoltaicos, supone el equivalente a mas de dos paneles nuevos por cada habitante de la provincia de Badajoz.

Por su parte, la empresa Powen, anunciaba la conexión del mayor sistema de antivertido de Europa en una instalación de autoconsumo sobre cubierta de 8 MWp en la provincia de Badajoz. Un hito como sistema aislado de la red aunque quizá no el mejor ejemplo de eficiencia energética al permitir “verter” o, simplemente, disipar energía útil. Se trató de un nuevo y peculiar record en un país en el que la fotovoltaica conectada a la red ha estado hasta hace muy poco tiempo penalizada en la práctica con impuestos al sol y similares.

Finalmente, el trimestre mostró ciertos brotes verdes con el anuncio de nuevos proyectos como los 200 MWp financiados por el Banco Europeo de Inversiones para el mayor proyecto de Andalucía (Cabrera Solar). En mayo, el 85% de este proyecto se encontraba terminado y Europa decidió conceder un crédito de 43 millones de euros para su conclusión. Todo un aviso a navegantes para un mercado necesitado de señales positivas.

 

Nueva normalidad… 

Según se acercaba el verano, el país comenzó a recuperar la esperanza e incluso a soñar con un final cercano. Un tópico que se usa en estos casos como es “en toda crisis hay una oportunidad” parecía cumplirse por varios motivos. En junio, Europa lanzaba una clara señal a los mercados anunciando que se endeudaba por 1 billón de euros para combatir la Covid 19. Buena parte de esta montaña de dinero parecía destinada a inversiones verdes y en concreto en energías renovables. En esta línea, la recuperación verde empezó a sonar como un mantra en todos los medios. Entre las primeras expresiones el respecto, un grupo de expertos anunció un salto de 10 años en la aplicación de los compromisos ambientales internacionales en un webinar sobre “Nuevas Sociedades Sostenibles post Covid-19: Renovables e Innovación”.

Por su parte, la actividad económica parecía tomar brío y las empresas españolas seguían dando alegrías en el extranjero. Un ejemplo es el de Solarpack, que se adjudicó en la India un contrato PPA sobre un proyecto de 396 MW a un precio récord.El PPA contratado a 28 €/MWh, permitirá completar el proyecto en 2022 en un mercado tradicionalmente proteccionista  como es el de la India. Una vez más las empresas españolas demostraron que son capaces de competir fuera de casa en los mercados más exigentes. Es más, algo que parecía casi descartado hasta la fecha como es una re-industrialización solar en España empezó a verse como un objetivo alcanzable. Una de las noticias más vistas en nuestra web en mayo apuntaba en esta dirección indicando que España fabrica obleas más baratas que las de Asia, con la misma calidad y una quinta parte de huella de carbono. La empresa Aurinka de Puertollano, que actualmente ya produce obleas, apuntaba a una aparente tendencia derivada de esta crisis. La propia pandemia mostró las desventajas que suponía no tener un tejido industrial propio con falta de mascarillas y material sanitario local. La idea de volver a fabricar localmente podría replicarse en sectores como el solar que habían tirado la toalla, al menos en la fabricación de ciertos componentes como los lingotes, obleas, células y paneles. Aurinka anunció que pretende incrementar su producción y que su fábrica estará lista para producir a finales de 2020 unas 2.000 toneladas de obleas de silicio.

La propia patronal del sector, UNEF, defendió en un comunicado este proceso de reindustrialización.  Pese al debate generado, aún está por ver si se trata de una tendencia pasajera surgida al calor de la actual crisis sanitaria o, por el contrario, se convertirá en una nueva ola de inversión en el sector solar, es decir, quizá, una nueva normalidad.

El futuro lo dirá, por el momento, mañana resumiremos los hitos más destacados del caluroso verano de 2020.

 

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Mayo

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