Pregunta del mes: ¿Hay una burbuja de salidas a bolsa de empresas del sector renovables?

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Soltec, Gransolar, Solarpack, Otovo, Acciona, Capital Energy, Repsol, Shoals Technologies, Array… ¿Está justificado un volumen tan elevado de salidas al parqué o puede haber burbuja de mercado? ¿Es la salida a bolsa la panacea para las empresas que planean crecer?.

Las políticas nacionales, europeas e incluso mundiales se están orientando cada vez más, si cabe, al desarrollo de energías renovables, como medida para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero e incluso de recuperación y desarrollo para las principales economías. En concreto en Europa, y centrándonos en España, gran parte de los fondos de recuperación se destinarán al sector renovable y a otros vectores de la transición energética.

 

Las Ofertas Públicas de Venta (OPV o IPO por sus siglas en inglés) por parte de empresas que se dedican exclusivamente a la construcción y promoción de instalaciones de generación con energía renovable es una medida totalmente lícita para poder captar capital y acelerar el crecimiento de las compañías. Incluso la cotización en los mercados bursátiles ofrece, por definición, valoraciones más objetivas de las empresas al ser establecidas por el consenso de los citados mercados, y en constante supervisión por parte de la CNMV.

 

El desarrollo de instalaciones renovables requiere de cuantiosas inversiones, para rentabilizar al máximo el proyecto aprovechándose de las mayores economías de escala. Es un sector que, con excepción de las instalaciones dedicadas exclusivamente a autoconsumo, quedaría vedado a grandes players internacionales y eléctricas tradicionales, con mayor capacidad y acceso a financiación. La bolsa permite a empresas de menor tamaño acceder a ese capital y, a mi juicio, iría en favor de la competencia efectiva en este sector. Considero que las voces que se pronuncian en contra de este tipo de operaciones, cuanto menos, pueden tener cierto interés en su contra.

 

Lo anterior no quiere decir que, lamentablemente, no pueda perderse esa objetividad que proporcionan los mercados bursátiles, sea por una serie de previsiones excesivamente halagüeñas en cuanto al desarrollo del sector renovable y las iniciativas políticas nacionales, europeas e internacionales en ese sentido, y que no pueda haber algún “chicharro”… igual que en cualquier otro sector, pero esto también surge del consenso del mercado y veremos como el tiempo, pronto o tarde, pone a cada uno en su lugar. Mientras tanto, como consumidores y ciudadanos, aplaudamos que exista la mayor competencia posible en el desarrollo renovable, que tan bien nos viene como sociedad.

 

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