El mercado mundial de fabricación de tecnologías verdes alcanzará un valor de 600.000 millones de euros en 2030

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Además de las ventajas ambientales, la transición hacia las energías renovables ofrece grandes oportunidades de crecimiento económico y de empleo. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) pone de manifiesto que los puestos de trabajo relacionados con la fabricación de energía limpia pueden para de los seis millones actuales a casi 14 millones en 2030 el mercado mundial de fabricación de tecnologías verdes puede alcanzar para finales de década un valor de alrededor de 650.000 millones de dólares anuales (600.000 millones de euros), más del triple del nivel actual, según el informe Energy Technology Perspectives 2023 de la AIE. No obstante, para alcanzar dicha cifra, los países de todo el mundo deben cumplir “plenamente” con sus compromisos anunciados en materia de energía y clima.

“Si se construyera todo lo que se ha anunciado hoy, la inversión destinada a la fabricación de tecnologías de energía limpia proporcionaría dos tercios de lo que se necesita para alcanzar las emisiones netas cero. El impulso actual nos está acercando al cumplimiento de nuestros objetivos internacionales en materia de energía y clima, y es casi seguro que habrá más por venir”, afirma Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE.

La agencia parte de un escenario que denomina NZE, en el cual, las energías renovables -encabezadas por la solar fotovoltaica y la eólica registran el mayor incremento de suministro hasta 2050, complementado por aumentos significativos de la nuclear. La producción solar se multiplica por 23 y la eólica por 13, mientras que la nuclear se duplica entre 2021 y 2050. En 2050, la energía solar y la eólica representan juntas alrededor del 40% del suministro total de energía primaria y la nuclear el 12%.

La capacidad total de las energías renovables se cuadruplica, pasando de 300 GW en 2021 a casi 1.200 GW en 2030, con lo que su cuota en la generación total de electricidad supera el 60%; las adiciones se ralentizan hasta unos 1.100 GW en 2050, a medida que disminuye la necesidad de sustituir la capacidad existente basada en combustibles fósiles, y las energías renovables representarán en torno al 90% de la generación para entonces.

La diversificación, clave

Birol también subraya la importancia de unas cadenas de suministro de tecnologías limpias más diversificadas: “Como hemos visto con la dependencia europea del gas ruso, cuando se depende demasiado de una empresa, un país o una ruta comercial, se corre el riesgo de pagar un alto precio en caso de interrupción. Así pues, me complace ver que muchas economías de todo el mundo compiten hoy por liderar la nueva economía energética e impulsar una expansión de la fabricación de tecnologías limpias en la carrera hacia la energía neta cero. Es importante, sin embargo, que esta competencia sea justa y que exista un grado saludable de colaboración internacional, ya que ningún país es una isla energética y las transiciones energéticas serán más costosas y lentas si los países no trabajan juntos”.

En el caso de tecnologías como los paneles solares, la energía eólica, las baterías para vehículos eléctricos, los electrolizadores y las bombas de calor, los tres mayores países productores concentran al menos el 70% de la capacidad de fabricación de cada tecnología, con China en cabeza en todos ellos.

Tecnología fotovoltaica: solo se construye el 25% anunciado

“Los países que acierten con sus estrategias industriales de energías limpias obtendrán grandes dividendos”, se lee en el informe. No obstante, la AIE afirma que solo se están construyendo o van a empezar a construirse de forma inminente el 25% de los proyectos de fabricación de energía solar fotovoltaica anunciados en todo el mundo; en el caso de las baterías para vehículos eléctricos, la cifra ronda el 35% y en el de los electrolizadores, menos del 10%.

El porcentaje más alto se registra en China, donde el 25% del total de la fabricación de energía solar fotovoltaica y el 45% de la fabricación de baterías se encuentran ya en una fase tan avanzada de ejecución. En Estados Unidos y Europa, menos del 20% de las fábricas de baterías y electrolizadores anunciadas están en construcción.

China representa la mayor parte de los planes de expansión de la capacidad de fabricación anunciados hasta 2030 para componentes fotovoltaicos solares (alrededor del 85% para células y módulos, y el 90% para obleas.

Si los proyectos de fabricación anunciados hasta 2030 se materializaran y todos los países cumplieran sus compromisos climáticos anunciados, China por sí sola podría abastecer todo el mercado mundial de módulos solares fotovoltaicos en 2030, un tercio del mercado mundial de electrolizadores y el 90% de las baterías para vehículos eléctricos del mundo.

Por su parte, los proyectos anunciados en la Unión Europea bastarían para abastecer todas las necesidades nacionales de electrolizadores y baterías para vehículos eléctricos. “Esto pone de relieve la importancia de que los gobiernos establezcan objetivos de despliegue claros y creíbles para limitar la incertidumbre sobre la demanda y orientar las decisiones de inversión”, afirman desde la AIE.

Los costes de la energía, decisivos para la fabricación

Las ampliaciones actualmente previstas de la capacidad de procesamiento de minerales en todo el mundo están muy por debajo de los volúmenes que serán necesarios para el rápido despliegue de las tecnologías de energía limpia. El polisilicio para las cadenas de suministro de energía solar fotovoltaica es el único ámbito en el que actualmente cabe esperar un excedente de capacidad para 2030.

Hoy en día, la competitividad industrial está estrechamente vinculada a los costes de la energía, especialmente del gas natural y la electricidad. Las estrategias industriales de los países deberían tener muy en cuenta en qué parte de la cadena de suministro es mejor especializarse a nivel nacional y en qué parte es mejor establecer asociaciones estratégicas o realizar inversiones directas en terceros países.

Por otro lado, los plazos de entrega relativamente cortos de alrededor de 1 a 3 años en promedio para poner en línea las instalaciones de fabricación significan que la cartera de proyectos puede expandirse rápidamente en un entorno propicio para la inversión.

Finalmente, el informe también subraya la importancia del papel del comercio internacional en las cadenas de suministro de tecnología de energía limpia, y muestra que casi el 60% de los módulos fotovoltaicos solares producidos en todo el mundo se comercializan a través de las fronteras.

 

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