El incendio forestal de Talaván (Cáceres) originado este pasado sábado alrededor de las 14:28 h en una planta fotovoltaica ubicada en el término municipal del municipio quedó estabilizado poco antes de las 21 h del mismo sábado.
La planta, desarrollada por la empresa israelí Ellomay Capital, tenía 28 MW y se conectó a la red en junio de 2022. El fuego afectó a unas 870 hectáreas de superficie de pasto, y su origen “se está investigando”, según Luis Enrique Periáñez, alcalde de Talaván, aunque la hipótesis que maneja la Junta es que el incendio se originó en el fallo de un conductor eléctrico.
A las 18:30 horas del sábado, la Junta de Extremadura activó la situación operativa 1 del Plan Especial de Protección Civil ante Incendios Forestales, que se activa en aquellos incendios en los que, “pese a que pueden ser controlados con los medios de extinción previstos en el Plan, se prevé, por su posible evolución, la necesidad de la puesta en práctica de medidas para la protección de las personas y de los bienes de naturaleza no forestal”, e “implicaba una situación de riesgo para personas, bienes y medio ambiente”.
De hecho, el fuego llegó a 3 km de distancia de la localidad de Monroy (Cáceres). Desde la Junta explican que el Centro Coordinador de Emergencias 112 Extremadura recibió alrededor de 80 llamadas de personas que divisaban las llamas y la columna de humo.
El dispositivo de extinción de incendios forestales del Plan Infocaex movilizó 95 efectivos: siete brigadas de bomberos de tierra; cuatro brigadas de bomberos aéreas; doce unidades de medios aéreos; tres unidades de maquinaria pesada, tres agentes del medio natural y cinco técnicos del Infoex, además de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales, 2 ambulancias, 2 vehículos 4×4 y un furgón de avituallamiento de Cruz Roja, 2 patrullas de Seguridad Ciudadana y 1 de Seprona Guardia Civil y 7 unidades del Sepei de Cáceres.
En el último informe hecho público por la Junta, hacia las 22.00 horas de la noche del sábado, la comitiva se redujo a 50. Siete unidades de tierra, tres equipos de maquinaria pesada, cuatro medios aéreos, tres agentes del medio natural, cinco técnicos, dos ambulancias de Cruz Roja y tres unidades del Sepei de Cáceres.
Fuego y fotovoltaica
Los incendios originados por plantas fotovoltaicas no son relevantes, pero es necesario aumentar la supervisión y la precaución. “A la vista de cómo está evolucionando el clima en la Península Ibérica (aumento de calor, rachas de viento, granizo…), es cada vez más importante poner el foco en los parámetros medioambientales y su afección en los equipos eléctricos expuestos a intemperie”, dice a pv magazine Asier Ukar, director de la consultora Kiwa PI Berlin en España.
En ese sentido, señala que la norma IEC 60721-3-4 indica qué “clase” debe cumplir o superar un determinado equipo en función de las condiciones reinantes, y recomienda tener en cuenta que los equipos pueden degradar “por el efecto del sometimiento prolongado a tensiones ambientales no extremas que puedan degradar lentamente el producto y provocar finalmente su mal funcionamiento o destrucción, como explica la misma norma. Y esto es algo que, como decía, en la Península Ibérica será cada vez más relevante por el proceso de desertización y aumento de la temperatura que somete a los equipos eléctricos a un estrés en aumento constante”, añade.
Ukar afirma que, si bien “todo el mundo conoce los grados IP (IP 65, IP54…) que hablan de la ‘ingress protection’ ante agua, aire, polvo, etc…; en lo relativo a las clasificaciones climáticas la norma IEC 60721-3-4 es menos popular de lo que debería”, y señala que fabricantes y compradores pueden emplear la “como guía para saber qué “clase” aplica a sus equipos en función de la ubicación, como ya hace la empresa alemana SMA para algunos de sus productos.
“La clase 4K4H aporta bastante confort, pero debe de analizarse bien cada caso”, añade.
“Además de aumentar la fiabilidad y resistencia de los equipos eléctricos para rangos ampliados de calor y humedad, es necesario endurecer las pruebas durante la fabricación”, concluye.
Riesgo bajo, pero latente: posibles causas
En el documento «Bewertung des Brandrisikos in Photovoltaik-Anlagen und Erstellung von Sicherheitskonzepten zur Risikominimierung” (“Evaluación del riesgo de incendio en sistemas fotovoltaicos y creación de conceptos de seguridad para minimizar el riesgo»), TÜV Rheinland Energie und Umwelt GmbH y el Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar ISE llegaron conjuntamente a la conclusión de que el riesgo de incendio en sistemas fotovoltaicos es muy bajo si la protección contra incendios se planifica correctamente, se utilizan componentes de alta calidad y el sistema se instala de forma profesional.
Se estudian, además, las posibles causas de un incendio, entre las que mencionan:
1. Fallos del equipo
Paneles solares, inversores y cables pueden enfrentar varios problemas como daños, envejecimiento o aflojamiento a lo largo del tiempo, lo que puede provocar cortocircuitos, arcos y otros fallos que resulten en incendios. Los datos estadísticos muestran que más del 80% de los incendios son causados por fallas en el lado de corriente continua de los sistemas fotovoltaicos. Por lo tanto, garantizar la operación normal del equipo del sistema fotovoltaico es crucial, ya que no solo afecta la eficiencia y la fiabilidad del sistema, sino también la seguridad de la vida y la propiedad.
2. Conexión suelta de líneas eléctricas, sobrecarga o cortocircuito:
Si la carga en el sistema fotovoltaico excede su capacidad o si hay problemas como conexiones sueltas o cortocircuitos, la corriente excesiva puede causar incendios. En los sistemas fotovoltaicos, si los componentes o circuitos están mal diseñados, como no considerar las variaciones de carga, un cableado inadecuado o defectos en los materiales, puede llevar a una sobrecorriente durante la operación del sistema, un calentamiento anormal de los componentes, una disminución de la resistencia de aislamiento y posibles riesgos de autoignición, causando finalmente incendios.
3. Instalación inadecuada
Además de una mala instalación, los fallos de diseño también son peligros potenciales, como ubicaciones de instalación inadecuadas, estructuras de soporte inestables o diseños defectuosos de sistemas de distribución que pueden causar fallos eléctricos durante la operación del sistema.
4. Factores externos
Las estaciones de energía fotovoltaica se construyen al aire libre y son susceptibles a los efectos del clima. Las condiciones climáticas extremas, como vientos fuertes, lluvias intensas o granizo, pueden dañar el equipo de la estación de energía. Por ejemplo, los vientos fuertes pueden causar el aflojamiento de la estructura, las lluvias intensas pueden provocar humedad en el equipo y el granizo puede dañar la carcasa del equipo. Estos daños pueden no solo reducir el rendimiento del equipo, sino que, en casos graves, pueden llevar a fallos del equipo e incendios. Por lo tanto, la identificación y respuesta oportuna a los efectos de estos factores naturales son cruciales para la operación segura de las estaciones de energía fotovoltaica.
5. «Hot spot»
La superficie de paneles solares puede cubrirse por excrementos de aves, barro, hojas o polvo denso que impidan llegar la luz solar y causar que las áreas localizadas bajo la obstrucción tengan temperaturas más altas, formando el llamado «efecto de punto caliente», o hot spot. En tales casos, la temperatura en el área localizada es significativamente más alta que en otras áreas, lo que provoca una presión excesiva en el panel fotovoltaico en el área localizada. Esto no solo afecta la eficiencia normal de generación de energía del panel fotovoltaico, sino que también puede plantear riesgos de seguridad. En casos extremos, las altas temperaturas en áreas localizadas pueden provocar incendios.
Este contenido está protegido por derechos de autor y no se puede reutilizar. Si desea cooperar con nosotros y desea reutilizar parte de nuestro contenido, contacte: editors@pv-magazine.com.
Con el incendio de Cáceres, se demuestra que la gran aceleración de estos campos de células fotovoltaicos con el factor negocio en primera línea, carecen de los profundos y necesarios estudios del comportamiento de los materiales como cables, inversores, estructuras de fijación, puntos de conexión en c.c. para asegurar una vida útil de no menos de 25 años a altas temperaturas medioambientales.