Europa puede subsistir sin gas ruso hasta 2025 y sin poner en peligro los objetivos climáticos, según un estudio

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Un nuevo estudio examina 15 palancas estructurales en la oferta y la demanda que los países de la UE disponen de 2022 a 2025 para garantizar la seguridad energética al tiempo que protegen una trayectoria sólida en materia de acción climática.

En concreto, el análisis “Delivering EU energy security through climate action” (“Garantizar la seguridad energética de la UE a través de la acción climática”), publicado por la European Climate Foundation, ha unido los conocimientos y el análisis de varios expertos de organizaciones como Rhodium Group, Agora Energiewende, la Universidad de Maryland y el Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos (National Renewable Energy Laboratory, NREL) para estudiar si la UE podría hacer frente a un corte total del suministro de gas ruso en el invierno de 2022 y hasta 2025 sin poner en peligro los objetivos energéticos y climáticos a medio plazo.

El estudio confirma que existe una vía para que Europa asegure su suministro energético durante los próximos inviernos y hasta 2025, y lo haga de conformidad con sus compromisos climáticos a medio plazo. La clave para ello reside en que la UE aplique rápida y plenamente dos programas anunciados recientemente (Fit for 55 y REPowerEU), y depende de que los países europeos pongan en marcha programas que apoyen otras palancas de seguridad energética. Estas palancas incluyen una combinación de despliegue agresivo de energías renovables, eficiencia energética y electrificación, así como un aumento temporal de las importaciones de GNL durante los próximos 36 meses, que puede lograrse sin requerir la construcción de nuevos proyectos de infraestructura de gas.

No obstante, la aceleración y la ampliación del despliegue renovable también conduciría a una rápida disminución estructural de la demanda global de gas más allá de 2025. “Con las decisiones acertadas, la UE tiene el potencial de salir de esta crisis fortalecida en cuanto a seguridad energética, gracias a una mayor dependencia de la electricidad renovable producida en casa, y como líder en la lucha contra el cambio climático”, se lee en el informe.

Las principales recomendaciones del estudio para los responsables políticos:

  1. Acelerar los permisos para proyectos eólicos y solares.
  2. Aprovechar los programas de financiación para mejorar la eficiencia energética.
  3. Acelerar la electrificación industrial.
  4. Definir y ejecutar una política sólida de suministro de materiales y equipos.
  5. Desarrollar la capacidad de los recursos humanos para el desarrollo de las energías renovables y la instalación de bombas de calor residenciales.
  6. Limitar las inversiones en infraestructuras de gas a unidades flotantes de almacenamiento y regasificación (FSRU, por sus siglas en inglés) temporales con contratos a corto plazo.

Aún así, según el estudio, en caso de que el suministro de gas ruso se interrumpa a corto plazo (por ejemplo, en el invierno de 2022-23), es posible que todo el potencial de todas las palancas disponibles no sea suficiente para cubrir el déficit.

Además, la velocidad de despliegue de las energías renovables dependerá en parte de la capacidad de abastecerse de materias primas para la producción de equipos, así como de la capacidad de producción de energía, pues las cadenas de suministro de bienes críticos necesarios para algunos productos básicos para el despliegue renovable se concentran en pocos lugares y la mayoría está fuera de Europa. Como ejemplo, el estudio menciona que las bombas de calor industriales pueden tener ya un plazo de entrega de 6 a 18 meses.

En ese sentido, anima a la creación de una política sólida de suministro de materiales y equipos, propone soluciones a los Gobiernos Para solucionar esto, los gobiernos pueden considerar las siguientes acciones:

  • Permitir el abastecimiento en toda la UE de materiales estratégicos clave, componentes y materias primas, por ejemplo, de forma similar a la iniciativa de la Alianza Europea de Materias Primas, que ha establecido objetivos para crear una cadena de valor que suministre el 25% de las necesidades de imanes permanentes de Europa para 2030.
  • Trabajar con los socios comerciales para priorizar las importaciones y establecer alternativas conjuntas de la cadena de suministro a corto plazo, incluyendo artículos críticos como paneles solares, bombas de calor y termostatos.
  • Evaluar de forma crítica toda la cadena de suministro de materiales previos, también para aquellos materiales más críticos a largo plazo (por ejemplo, níquel, cobre, litio, tierras raras).
  • Trabajar conjuntamente para identificar y desarrollar nuevas fuentes globales de materias primas (por ejemplo, apoyar nuevas operaciones mineras).

El estudio finaliza afirmando que, aunque a muy corto plazo, reforzar la seguridad energética europea y hacer frente al cambio climático puedan parecer empresas difíciles de conciliar, hay medidas claras que pueden adoptarse para abordarlas simultáneamente. “Cuanto antes se haga converger este doble objetivo, menor será el coste final para la sociedad. Los beneficios de las energías renovables y de la eficiencia energética son acumulativos, y hay que hacer todo lo posible para garantizar una trayectoria de crecimiento fuerte. Hasta que esos beneficios se materialicen plenamente, los particulares y las empresas deberán asumir la responsabilidad de frenar su demanda de la forma menos dolorosa posible para ayudar a Europa a ganar tiempo. Los gobiernos y las naciones estarán mejor servidos si sopesan las compensaciones de las soluciones de seguridad con las emisiones y la asequibilidad, siempre con la vista puesta en las consecuencias a largo plazo de las decisiones”, concluye.

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