Mientras investigaban los efectos del humo de los incendios forestales en las instalaciones fotovoltaicas sobre tejado, un grupo de científicos australianos ha descubierto que los paneles solares, debido a su sensibilidad al humo, podrían servir de detección temprana de incendios forestales al proporcionar información temporal y espacial sobre la presencia y las concentraciones aproximadas de humo.
La novedosa célula solar utiliza trisulfuro de antimonio (Sb2S3) como capa de campo de superficie posterior (BSF). Según sus creadores, esta capa puede incluirse en las células solares CIGS convencionales para mejorar su eficiencia y reducir el coste del material absorbente.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado un nuevo material orgánico para cátodos con una densidad energética superior a la de la mayoría de los cátodos basados en cobalto. Puede cargarse y descargarse en tan sólo seis minutos. El fabricante de automóviles Lamborghini ha cedido la patente de esta tecnología.
Investigadores japoneses han desarrollado un sistema automatizado para realizar ensayos de espectroscopia de fotoabsorción y fotoluminiscencia, microscopía óptica y conductividad de microondas resuelta en el tiempo con flash de luz blanca.
Investigadores daneses informan de que el tratamiento de células solares orgánicas sin aceptor de fullereno con vitamina C proporciona una actividad antioxidante que alivia los procesos degradativos derivados de la exposición al calor, la luz y el oxígeno.
Científicos chinos han utilizado simulaciones por ordenador para comprender mejor los factores que influyen en la adopción de la energía fotovoltaica residencial.
La empresa china SolaX Power ha desarrollado dos líneas de sistemas integrados de almacenamiento de energía que, según se informa, admiten hasta un 200% de sobredimensionamiento fotovoltaico. Su potencia nominal de salida oscila entre 3 kW y 15 kW.
Un equipo internacional de investigadores ha utilizado películas de perovskita de gran superficie tratadas con aditivos de cristales líquidos para fabricar módulos fotovoltaicos con una eficiencia estabilizada certificada del 21,1% en un área de apertura de 31 cm2.
Desarrollado por un grupo de investigación internacional, el nuevo revestimiento antirreflectante se basa en dióxido de silicio y dióxido de circonio. Según se informa, minimiza la pérdida por reflexión de una célula solar, al tiempo que mejora sus propiedades de absorción de la luz.
El algoritmo propuesto está pensado para cosechar la máxima potencia en sistemas fotovoltaicos que funcionen en escenarios meteorológicos variables. Según sus creadores, el nuevo enfoque puede aplicarse en un microcontrolador de bajo coste.
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