Greenpeace demanda a la Comisión Europea por incluir el gas y la nuclear en la lista de inversiones sostenibles

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Greenpeace, a través de sus oficinas en Alemania, Francia, España, Italia, Bélgica, Luxemburgo, Europa Central y del Este así como su Unidad Europea en Bruselas, ha presentado hoy una demanda ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) contra la Comisión Europea por la inclusión en 2022 del gas fósil y la energía nuclear en el reglamento de la taxonomía.

El pasado 9 de septiembre de 2022, Greenpeace ya solicitó a la Comisión que revisara esa decisión. La Comisión rechazó esta solicitud casi cinco meses después, el 8 de febrero de 2023, lo que llevó a la organización medioambiental a solicitar al TJUE que anulara este punto y declarara inválida la inclusión del gas fósil y la energía nuclear en la taxonomía de la UE.

Greenpeace señala que el reglamento de la taxonomía de la Comisión Europea permite que las centrales nucleares y de gas fósil reciban dinero que, de otro modo, se habría destinado a energías renovables; y argumenta que la inclusión del gas fósil y la energía nuclear por parte de la Comisión Europea en la taxonomía viola varias leyes de la UE y se basa en errores y deficiencias de procedimiento.

Entre los argumentos de Greenpeace en contra de las actividades de gas y nucleares que se han incluido en la taxonomía, la organización menciona:

Respecto al gas fósil, Greenpeace menciona que supera el umbral de emisiones de carbono legal (la ley climática de la UE y el Acuerdo de París de 2015 no permiten más de 100 g de CO2 equivalente por kWh, y la Comisión estableció un umbral para las emisiones de carbono de la generación de energía con gas fósil de 270 g de CO2 equivalente por kWh); que las inversiones no son transitorias (las plantas podrían permanecer en funcionamiento más allá de la fecha límite de la UE de 2050 para lograr la transición energética) y que la inclusión del gas fósil en la taxonomía genera una ventaja competitiva para el gas y, por tanto, obstaculiza los objetivos legalmente vinculantes de la UE de alejarse de los combustibles fósiles.

Respecto a las centrales nucleares; Greenpeace señala que causa un daño significativo al medio ambiente; que, lejos de ser una actividad habilitadora para la transición energética conducen a la reducción de las energías renovables por su falta de flexibilidad; que la construcción de las centrales nucleares es muy lenta; que los impactos climáticos afectan severamente a las nucleares; y que las centrales nucleares pueden ser objeto de ataques.

Efectivamente, uno de los grandes debates de cómo afrontar la transición energética que mitigue los impactos del cambio climático es si contar con la energía nuclear, o solo con renovables y almacenamiento o gas de respaldo. Javier Revuelta, Senior Principal en AFRY Management Consulting, escribió un artículo para pv magazine en el que aporta sus argumentos, Cuanta más nuclear, más renovables.

La organización medioambiental afirma que ClientEarth, la Oficina de Política Europea de WWF, BUND (Amigos de la Tierra Alemania) y Transport and Environment también están cuestionando a la Comisión Europea sobre la inclusión de gas fósil en la taxonomía; y añade que el Gobierno austriaco también ha pedido al Tribunal que anule “la ley de greenwashing de la Comisión”.

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