En 2030 el coste de las celdas de batería será de 32-54 $/ kWh y la densidad de 600-800 Wh/kg

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La demanda de baterías está creciendo en una curva en forma de S. Las ventas se duplican cada dos o tres años, y vamos camino de multiplicarlas por seis u ocho en 2030, fecha en la que se estima que se venderán entre 5,5 y 8 TWh al año y pasaremos de los 100 $/kWh actuales a unos 32 $/kWh. A su vez, esta bajada de costes conllevará que el 95% de los coches vendidos sean eléctricos ya en 2030. Así lo recoge el informe X-Change: Batteries – The Battery Domino Effect, publicado por la estadounidense Rocky Mountain Institute (RMI) en colaboración con Bezos Earth Fund.

El RMI estima una penetración exponencial de las baterías al calor de las mejoras en tecnología y costes que seguirá creciendo en los próximos años, fundamentadas en una inversión récord liderada por China y Estados Unidos. Ese bucle de retroalimentación de escala, coste y calidad se refuerza a medida que crece el mercado de las baterías y la calidad aumenta. Tanto el coste de las baterías como su densidad energética siguen curvas de aprendizaje: por cada duplicación de la producción de baterías, los costes caen entre un 19% y un 29% y la densidad de las baterías de mayor calidad aumenta entre un 7% y un 18%, según calculan los autores del informe.

A este ritmo, en 2030 el coste de las celdas de batería bajará a 32-54 dólares por kWh y las baterías de gama alta tendrán una densidad energética de 600-800 Wh/kg.

Desde el RMI señalan, además, que los modelos actuales siguen subestimando la velocidad de cambio en la adopción de las baterías. “Si nos atenemos a las curvas en S actuales, las ventas de baterías en 2030 duplicarán las expectativas más frecuentes, que se sitúan en torno a los 4 TWh anuales; y alcanzarán los 8 TWh”, explican.

Este efecto dominó alcanzará todos los sectores: a medida que aumenta la demanda en un sector, la retroalimentación de costes y calidad permiten que las baterías empiecen a crecer en el siguiente. “Las baterías empezaron en la electrónica de consumo, pasaron a las motos y autobuses, y luego a los coches. Ahora se están introduciendo en el almacenamiento estacionario de electricidad y en el transporte por camión, y estarán listas para entrar en los barcos y aviones de corto recorrido en 2030”, afirma el RMI.

Por otro lado, una vez que una nueva tecnología de baterías tiene éxito, salta geográficamente. La integración de las baterías al mercado automovilístico la inició China, el Early Adopter más precoz, y la transición se está desplazando ahora por el resto del mundo, de Europa a Estados Unidos, del Sudeste Asiático a la India.

Actualmente, se están construyendo 400 gigafábricas, con capacidad para fabricar 9 TWh de baterías al año en 2030: más de 1 kWh por cada habitante del planeta. En 2022 gastamos más en construir fábricas de baterías (45.000 millones de dólares) que en fábricas de energía solar y eólica juntas; y al final de la década, el mercado de las baterías será mayor que el de los paneles solares y las turbinas eólicas, según estima el informe.

O¡Por otro lado, no hay que temer la dependencia del litio: “aunque las cadenas de suministro están sometidas a tensiones, gracias a la innovación y la inversión constantes, disponemos de suficientes materias primas de las que abastecernos -de forma equitativa y sostenible- y podemos actuar con la rapidez suficiente para construir la infraestructura de carga necesaria para el futuro sistema energético dominado por las baterías”.

En ese sentido, en laboratorio Nacional Lawrence Berkely de Estados Unidos ha elaborado recientemente un informe para cuantificar a fondo la cantidad de litio que podría contener la reserva subterránea del Salton Sea, un yacimiento de litio en una explotación de geotermia, y ha concluido que tiene reservas suficientes para 375 millones de baterías de vehículos eléctricos.

Finalmente, el informe señala que el cambio no se produce por sí solo. “Las baterías han llegado hasta aquí gracias a los esfuerzos concertados de empresas, gobiernos, investigadores y defensores del clima. Seguir creciendo exigirá un esfuerzo continuado. El camino de las baterías está claro, pero aún hay que recorrerlo”, concluye.

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