Claves de la evolución del precio de la luz en 2021

En los últimos meses han ocurrido importantes acontecimientos en el sector energético, que han sido eclipsados por la Covid. También, en el inicio del año, por el frío intenso que ha elevado los precios de forma brusca. Pero ambos aspectos son excepcionales y transitorios. En nuestra opinión, estos son los principales factores que van a marcar la tendencia de los precios por su repercusión en el coste eléctrico a lo largo del año.

La demanda eléctrica en 2021 se estanca en una sociedad cada vez más eficiente (-5,1% en 2020)

• Hogares y empresas son cada vez más eficientes. Consumimos menos para producir más y esto afecta a la recuperación de la demanda eléctrica y, en consecuencia, a los precios de electricidad.
• Según nuestras previsiones, el autoconsumo le pegará un “buen mordisco” a la demanda en horas punta.

La potencia eólica y fotovoltaica suman 37.497 MW instalados a final de 2020 y está previsto que a finales de 2021 superen claramente los 40.000 MW. Esta nueva oferta renovable será capaz de cubrir un 3% adicional de la demanda en 2021. Además, esta nueva oferta no será lineal y se concentrará en determinados momentos, provocando una enorme presión sobre los precios.

La oferta de generación renovable sigue su imparable crecimiento (+13,3% en 2020)

Estimamos que la nueva oferta renovable que se instalará en 2021 no vendrá acompañada de un crecimiento de la demanda. Por tanto, supondrá una fuerte bajada del precio de electricidad en los meses con menos demanda y elevada generación renovable. También esperamos más volatilidad del precio.  • El crecimiento de la oferta renovable tendrá continuidad durante los próximos años e irá aumentando la presión sobre los precios eléctricos. • España cuenta con la ventaja de que su mix energético tiene una gran capacidad, es firme y flexible. Asegura una transición hacia las renovables sin reducir la oferta energética, lo que evitará una subida del precio de electricidad. • El rápido crecimiento de la generación fotovoltaica está modificando la curva de precios en España.

Los precios de gas son cada vez más volátiles e impredecibles (en nueve meses, de mínimos a máximos históricos)

• Los mercados de gas se enfrentan a un problema creciente de fuerte estacionalidad. Los desfases entre oferta y demanda tensionan los precios y elevan su volatilidad.
• El rápido crecimiento de la demanda asiática de gas podría llevar a una subida del precio del gas natural licuado (GNL). Si no viniera acompañada de nuevas inversiones por parte de los productores, esta subida se trasladaría también a Europa.
• Europa jugará el papel de equilibrador físico en el mercado de gas. La ventaja que le proporciona su elevada capacidad de almacenamiento modera las subidas frente a otros mercados.

La lucha climática se intensifica y se globaliza (con España en una posición privilegiada)

Europa intensifica y acelera su compromiso con el cambio de modelo energético. Durante gran parte de 2020, con los precios de los combustibles fósiles hundidos, los responsables políticos de la Unión Europea (UE) le han dado una vuelta de tuerca a los objetivos de descarbonización para 2030.

El 15 de diciembre la UE acordó una elevación de la reducción, del 40% al 55%, de las emisiones para 2030 respecto a 1990. El acuerdo se acompañaba de una apuesta por la energía eólica marina y el Hidrogeno y por el final de los subsidios de transición para las energías fósiles en 2025. El acuerdo y la presión política se filtraron al mercado de emisiones de carbono (EUA) y dispararon la cotización a máximos históricos, claramente por encima del nivel de los 30 €/tCO2.

• La pandemia ha acelerado la transición energética europea. Se están inyectando grandes estímulos monetarios y fiscales en el sector para reactivar la economía. España debería aprovecharlo por su gran potencial renovable.
• La elevación de los precios eléctricos en Europa está garantizada por el peso que tiene el carbón en su mix energético. Si se eliminara rápidamente, se reduciría la oferta y se elevarían los precios. Por el contrario, si se mantiene, tendrá un elevado coste con el mercado de emisiones de carbono (EUA) en máximos. Por la diversificación de su mix, España, por primera vez, juega con ventaja.
• El New Green Deal se globaliza. EE UU y ASIA se han incorporado a la guerra contra el carbono.

Revolución regulatoria a la vista

Nuevo sistema de Peajes (ATR)

En la actualidad se está tramitando el Proyecto de Real Decreto por el que se establece la metodología de cálculo de los cargos del sistema eléctrico, que está sin aprobar y en plena discusión. El nuevo sistema cargos del sistema eléctrico persigue que lo que hasta ahora los consumidores pagan por concepto de tarifas de acceso a la red (ATR), se separe en dos conceptos “nuevos”: los peajes, que cubrirán las actividades de transporte y distribución de electricidad, y los cargos, a través de los que se abonará todo lo demás. Como regulador, corresponderá a la CNMC definir los peajes (conceptos que grabarán la factura de ATR), mientras que el Ministerio de Transición Ecológica definirá el modelo para cobrar estos cargos. Así que, mientras ambas normas no estén definidas (cómo se cobrarán los peajes y cómo se cobrarán los cargos), el nuevo sistema de facturación no puede entrar en funcionamiento. ¿Y cuándo entrará en funcionamiento? La reforma tiene mucho calado, por lo que se podría retrasar más allá del 1 de abril de 2021, que es cuando estaba previsto que entrase en vigor el nuevo sistema de peajes. Hasta que no esté en marcha el nuevo sistema, no tendrán efecto por ejemplo el FNSSE (Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico) o El Estatuto de los Consumidores Electrointensivos.

Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE)

El Gobierno ha iniciado la tramitación de un Anteproyecto de Ley para crear un fondo nacional para financiar las políticas de fomento de renovables, cogeneración y residuos. Los sujetos obligados a la financiación del FNSSE serán los comercializadores de todos los sectores energéticos, de forma que se reducirá la parte regulada de la factura, lo que se traduce en un descenso de la factura eléctrica de alrededor del 10%. La factura eléctrica se había encarecido por una anómala financiación de las políticas medioambientales anteriores, que soportaba en exclusiva la electricidad, pese a que los objetivos asociados a la transición energética se fijan en función del consumo de todas las energías (electricidad, petróleo y gas). Se trata, por tanto, de una reforma justa que aligerará la factura eléctrica de los consumidores electrointensivos y de la industria en general y que también beneficiará a los consumidores.

Estatuto de los consumidores electrointensivos

Este nuevo estatuto pretende mejorar la competitividad reduciendo la factura eléctrica de empresas industriales para las que el suministro eléctrico resulta especialmente crítico. El estatuto se aplicará a más de 60 actividades industriales diferentes. Ahora bien, para acceder a las bonificaciones (que está por valorar y aún no son de aplicación hasta que no esté aprobado el nuevo sistema de peajes), primero hay que ser considerado electrointensivo y cumplir una serie de requisitos, y está por ver si los beneficios que lleva aparejados son atractivos. Lo sabremos cuando conozcamos el nuevo sistema de peajes.