Fotovoltaica aérea como solución a falta de espacio, desniveles y para reducir impacto visual

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Dos ingenieros de minas proponen el desarrollo de solar fotovoltaica aérea (SFVA, nombre registrado), que implica “utilizar la tercera dimensión (Z) para escapar de las limitaciones que impone el terreno: no solo derivada de su escasez, sino de la orografía, o del impacto visual de una planta solar en el paisaje”, explican a pv magazine.

Así, estos dos ingenieros proponen la fusión de dos tecnologías maduras, como son la construcción de estructuras suspendidas de cable y las instalaciones fotovoltaicas para crear “un nuevo modo de desplegar proyectos que pueden llegar a sitios donde nadie había pensado”, dicen.

En su propuesta, los paneles solares se montan sobre una estructura metálica, la cual se suspende en, al menos, dos cables portantes de acero cuyos extremos están soportados por una estructura, metálica o de hormigón, y anclados a un talud rocoso, al suelo o a un contrapeso.

 

Imagen: SFVA

 

“Actualmente tenemos dos modelos de utilidad aprobados por la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), y a la vista del gran desarrollo de la agrovoltaica en Alemania, Francia e Italia, hemos solicitado la Patente Europea”, explican.

Según su propuesta, se pueden salvar grandes vanos y desniveles. Han calculado las posibilidades de implementación en función de la pendiente y de la orientación de los cables.

“Además de requerir menos movimientos de tierras, la SFVA permitiría aprovechar las grandes superficies existentes, por ejemplo, en el sistema portuario para generar energía cerca de los puntos de consumo y haría menos necesario la construcción de nuevas líneas de alta tensión”, explican los promotores de la idea a pv magazine.

“La instalación SFVA se puede adaptar también para ayudar a reducir las emisiones de polvo en el manejo de graneles sólidos, y generaría zonas de sombra”, añaden.

 

Imagen: SFVA

Por otro lado, la SFVA puede ser una alternativa a la fotovoltaica flotante en zonas complejas, pues no se vería afectada por olas, y tampoco necesita apoyos intermedios.

Además de la mínima afección a la flora y fauna y la posibilidad de su despliegue en zonas montañosas, el hecho de que la instalación esté elevada implica que no sea necesarios vallados ni vigilancia.Puede, finalmente, facilitar la recuperación de zonas afectadas por explotaciones mineras, y reduciría los costes de restauración.

También posibilita su instalación en superficies ya ocupadas, sobre las que no se puede taladrar o no admiten cargas adicionales.

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