Se necesitan hasta 15.000 millones para que despegue la fabricación de módulos en Europa, pero solo hasta 2030

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De pv magazine Alemania

Se calcula que hasta 2030 se necesitarán entre 11.000 y 15.000 millones de euros en ayudas para reconstruir una industria solar significativa en Europa. Esta fue la cifra citada por Christoph Podewils, responsable de política y comunicación corporativa de Meyer Burger desde enero, en el “PV Symposium”, un congreso centrado en energía solar fotovoltaica celebrado en Bad Staffelstein (Alemania). Para comparar, el gasto de la UE en importaciones de gas ruso ha ascendido a 148.000 millones de euros sólo desde el comienzo de la guerra.

En la actualidad, varios acontecimientos confluyen para volver a poner en el orden del día la cuestión de la producción fotovoltaica europea. La guerra de Ucrania y la gran dependencia de los fabricantes asiáticos, la oportunidad de afianzarse en un mercado en rápido crecimiento y la necesidad de asegurar los conocimientos técnicos restantes. Al mismo tiempo, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) en EE UU amenaza ahora con desviar las últimas esperanzas de inversión que quedan de Europa a Norteamérica.

Sin embargo, la ley también introduce movimiento en el debate, estancado desde hace años, ya que ahora pone bajo presión la política europea. “El mercado en Estados Unidos volará”, afirma Christoph Podewils. La subvención anunciada por la Ley de Reducción de la Inflación en EE UU reduce los costes de producción de 33,3 céntimos a entre 13,6 y 20,6 céntimos por Wp, explica en referencia a un estudio de McKinsey. En la UE, en cambio, la subvención ha sido hasta ahora insignificante, y sólo ha reducido los costes en 0,1 céntimos, hasta los 32 céntimos /Wp.

Esto hace imposible competir con los módulos procedentes de China, especialmente en las instalaciones comerciales y de grandes plantas, tan sensible a los costes, donde los costes de producción serían de 25 céntimos según las cifras presentadas, es decir, unos 8 céntimos por debajo de los europeos. Por cierto, según Podewils, los costes chinos también incluyen 3,6 céntimos por vatio pico en subvenciones.

Tres medidas para contrarrestar

No es necesario reducir los costes de la misma manera y tan profundamente como se prevé en EE UU, prosigue Podewils. Propone tres medidas para aumentar la producción, que en 2030 tendrá unos 55 GW de capacidad y podrá abastecer a cerca del 45% del mercado europeo. Primero, apoyo al capital propio; segundo, una subvención de explotación de 230 millones a 2.400 millones de euros al año; y tercero, una mejora de las condiciones marco.

Las primeras aproximaciones en este sentido se hicieron recientemente en la tercera cumbre de producción del Ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck (Verdes), con representantes de las industrias fotovoltaica y eólica, así como de las redes eléctricas. El resultado fue un primer documento de puntos clave en el que se nombran “tres medidas prioritarias” que deben contribuir a la reconstrucción de la industria solar en Alemania. Se trata de subvenciones al capex y al opex, garantías estatales y la promoción de un IPCEI para la producción fotovoltaica, según explicó Habeck tras la reunión.

La propia Meyer Burger produce células y módulos solares de heterounión en Alemania desde 2021. Podewils señala otra desventaja que actualmente está haciendo la vida aún más difícil para los productores en Europa. Por ejemplo, los fabricantes fotovoltaicos europeos tendrían que pagar derechos de aduana por varios productos preliminares, como el vidrio y la cinta adhesiva, que los proveedores asiáticos pueden utilizar sin pagar derechos de aduana y luego importar prácticamente libres de impuestos en el módulo. Una injusticia, como dice Podewils. Además, se puede fomentar la producción europea estableciendo criterios de sostenibilidad más fáciles de cumplir.

Según muchos expertos, la subvención sólo debe concederse en el periodo inicial, hasta 2030 aproximadamente. Después, la producción sería competitiva a nivel mundial. “Entonces los módulos también podrán exportarse”, afirma Andreas Bett, Director del Fraunhofer ISE, en la misma sesión del “PV Symposium”.

Peter Dold, Director de Fraunhofer CSP, explicó lo difícil que sería para la industria solar europea reconstruir la producción de lingotes y obleas. El problema es que en Europa ya no hay fabricantes de equipos dignos de mención que puedan suministrar sistemas para su producción. Técnicamente somos capaces de hacerlo, pero nos faltan máquinas como los crisoles, como explica Dold. Los fabricantes de equipos se encuentran sobre todo en China, pero aún quedan algunas alternativas en Japón. Por si fuera poco, el gobierno chino está estudiando prohibir la exportación de este tipo de equipos.

Sin embargo, lo que no se abordó en la sesión “Oportunidades y retos para la producción industrial fotovoltaica en Europa” es que los 55 GW de capacidad de producción previstos en Europa en siete años sólo corresponden a lo que los fabricantes chinos individuales ya están produciendo al año, por lo que es necesario dilucidar es si esta capacidad es suficiente para sobrevivir a la competencia (y convencer de ello a los políticos).

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