Las renovables supondrán el 35% del mix mundial de generación en 2025

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La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) ha publicado su Electricity Market Report 2023, en el que prevé un aumento de la demanda de energía, un aumento de las emisiones de CO2 y buenas perspectivas para las renovables.

El crecimiento de la demanda mundial de electricidad solo se ralentizó ligeramente en 2022 a pesar de los vientos en contra de la crisis energética mundial desencadenada por la invasión rusa de Ucrania. En concreto, aumentó casi un 2%, frente a la tasa media de crecimiento del 2,4% registrada en el periodo 2015-2019.

La electrificación de los sectores del transporte y la calefacción siguió acelerándose en todo el mundo, con un número récord de vehículos eléctricos y bombas de calor vendidos en 2022 que contribuyeron a dicho crecimiento de la demanda.

Mientras que el consumo de electricidad en la Unión Europea registró un fuerte descenso interanual del 3,5% en 2022, en la India y Estados Unidos aumentó. Según los autores del informe, es complicado saber qué ha pasado en China, pues la política de cero Covid del país ha pesado mucho sobre su actividad económica en 2022, y sigue existiendo cierta incertidumbre sobre el ritmo de crecimiento de su demanda de electricidad. Desde la IEA estiman que será del 2,6% en 2022, sustancialmente por debajo de su media prepandémica de más del 5% en el periodo 2015-2019.

Las renovables, protagonistas

Las energías renovables y la energía nuclear dominarán el crecimiento del suministro mundial de electricidad en los próximos tres años, y satisfarán conjuntamente una media de más del 90% de la nueva demanda, según las estimaciones de la Agencia.

Su porcentaje en el mix mundial de generación eléctrica aumentará del 29% en 2022 al 35% en 2025: China representa más del 45% del crecimiento de la generación renovable en el periodo 2023-2025, seguida de la UE con un 15%. “El crecimiento sustancial de las energías renovables deberá ir acompañado de inversiones aceleradas en redes y flexibilidad para su integración con éxito en los sistemas eléctricos”, dicen los autores del informe.

No obstante, se prevé que la producción mundial de electricidad a partir de gas natural y carbón se mantenga prácticamente estable entre 2022 y 2025, e irá disminuyendo a medida que aumenten las energías renovables.

Como resultado, las emisiones de la generación eléctrica mundial se estabilizarán hasta 2025 y su intensidad de CO2 seguirá disminuyendo en los próximos años.

Aunque se prevé un descenso de la generación a partir de gas en la Unión Europea, el crecimiento significativo en Oriente Medio compensará en parte esta disminución. Del mismo modo, los descensos de la generación con carbón en Europa y América se verán compensados por un aumento en Asia-Pacífico. La evolución en China, donde se produce más de la mitad de la generación mundial con carbón, seguirá siendo un factor clave.

No obstante, las fuentes de bajas emisiones cubrirán casi todo el crecimiento de la demanda mundial de electricidad en 2025.

Aumento de la demanda y estabilización CO2

Las economías avanzadas están impulsando la electrificación para descarbonizar sus sectores del transporte, la calefacción y la industria. Como resultado, se espera que la demanda mundial de electricidad crezca a un ritmo mucho más rápido del 3% anual durante el periodo 2023-2025 en comparación con la tasa de crecimiento de 2022. La Agencia prevé un aumento total de la demanda mundial de electricidad de unos 2.500 TWh hasta 2025.

No obstante, las emisiones de CO2 relacionadas con la generación de electricidad alcanzaron un máximo histórico en 2022 con un crecimiento interanual del 4,5%, pero se estabilizarán hasta 2025.

La generación nuclear en la Unión Europea fue un 17% inferior en 2022 que en 2021 debido a cierres e indisponibilidades, y la sequía ha provocado una reducción de la generación hidroeléctrica de hasta el 30%.
Para aumentar la seguridad del suministro eléctrico, en Europa se han recuperado capacidades de reserva de generación convencional para los inviernos de 2022-2023 y 2023-2024. Del mismo modo, también se prorrogaron algunas centrales cuyo cierre ya se había anunciado.

No obstante, el retroceso en la Unión Europea será temporal, ya que se espera que las emisiones de la generación de electricidad disminuyan de media en torno a un 10% anual hasta 2025. Tanto la generación con carbón como con gas experimentarán fuertes descensos: el carbón disminuirá un 10% y el gas casi un 12% de media anual durante el periodo de previsión, a medida que las energías renovables aumenten. Para mitigar los efectos del cambio climático es necesario acelerar la descarbonización y el despliegue de tecnologías energéticas limpias. Al mismo tiempo, a medida que se acelere la transición hacia las energías limpias, se intensificará el impacto de los fenómenos meteorológicos en la demanda de electricidad debido a la creciente electrificación de la calefacción, mientras que la proporción de energías renovables dependientes de las condiciones meteorológicas seguirá creciendo en el mix de generación. En un mundo así, será crucial aumentar la flexibilidad de los sistemas eléctricos y, al mismo tiempo, garantizar la seguridad del suministro y la resistencia.

 

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