La columna de UNEF: Si España Puede es con una economía sostenible

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Nuestro país tiene ante sí uno de los mayores retos de su historia reciente: la gestión de los fondos europeos de recuperación. Los 73 mil millones de subvenciones y 67 mil millones en préstamos puestos a disposición de España (más del 11% del PIB) tienen el potencial de generar un impacto mayor que el que tuvieron en su día los fondos de cohesión.

El sector público tiene la obligación de acertar. Es el momento de que España apueste por un modelo económico sostenible a través de la revolución industrial verde y sus cadenas de valor, que generan crecimiento y empleo.

El Gobierno comenzó a dibujar su estrategia el pasado octubre cuando presentó el Plan España Puede articulando su propuesta entorno a cuatro ejes: Transición ecológica, Digitalización, Cohesión social y territorial e Igualdad de género. Estos ejes se ejecutarán mediante diez políticas palanca urgentes, entre las que destacan: agenda urbana, transición energética justa e inclusiva y modernización y digitalización del tejido industrial, entre otras.

Desde UNEF entendemos que el sector energético y en particular las renovables deben ser los principales protagonistas de este Plan. Nuestro país cuenta con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que marca la evolución del sistema energético hasta 2030 contemplando inversiones de 241.000 millones, con un impacto en el PIB de hasta 25.700 millones de euros al año y con la creación de hasta 348 mil empleos netos.

El PNIEC, juzgado por la Comisión Europea como uno de los más ambiciosos de la Unión, debe ser nuestro green new deal, con medidas en múltiples sectores para avanzar en la transición ecológica, descarbonizar nuestro consumo de energía, alcanzar una economía más sostenible y modernizar el tejido productivo.

Existe el consenso de que en la transición ecológica uno de los grandes elementos disruptivos es la energía fotovoltaica. El PNIEC prevé que se alcancen 39 GW de fotovoltaica en 2030, lo que arrastrará una inversión de 20 mil millones de euros que se espera tenga un efecto tractor sobre el sector industrial nacional.

Desde UNEF defendemos que, con estas condiciones, España puede constituirse como el principal hub fotovoltaico internacional incrementando el impacto económico y social de la tecnología fotovoltaica en nuestro país. Con esta visión, hemos hecho entrega al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de nuestra propuesta para que la energía fotovoltaica sea protagonista del plan de recuperación.

A través de cinco ejes hemos propuesto 29 programas que serían financiados con los fondos del Plan e identificado 35 reformas para que estas medidas tengan un mayor efecto en la recuperación de la economía.

  1. Despliegue de autoconsumo y empoderamiento del consumidor.

Proponemos programas para la constitución de comunidades energéticas y el despliegue de autoconsumo en distintos sectores (residencial colectivo, edificios públicos, plantas desaladoras, fábricas cero emisiones, etc.). Para agilizar este despliegue se requerirá la Estrategia Nacional de Autoconsumo con la introducción de medidas de simplificación administrativa, incentivación fiscal y la revisión de normativa (Código Técnico de Edificación y Ley de Propiedad Horizontal).

  1. Industrialización e innovación fotovoltaica.

Para que la actividad de las empresas de fabricación nacional sea sostenible en el tiempo, desde UNEF hemos propuesto la implementación de una Estrategia Industrial Fotovoltaica. Es necesario aportar estabilidad a través de las subastas, e introducir medidas específicas de aumento de la capacidad de producción y el tamaño de las empresas industriales. Asimismo, deben constituirse centros de excelencia e instalaciones para la I+D+i, avanzar en la digitalización, desplegar proyectos de demostración, entre otras.

  1. Construcción de fotovoltaica en territorios no peninsulares y con compatibilidad de uso de suelo.

Las plantas comerciales de fotovoltaica en suelo no requieren de ayudas. Por ello proponemos un programa específico para zonas con bajo recurso de suelo, como los territorios no peninsulares, y la promoción de soluciones como la flotante y agrovoltaica. Para acelerar este proceso deben convocarse subastas específicas para plantas pequeñas, reducir los plazos de tramitación y realizar el desarrollo normativo de estas tecnologías.

  1. Hibridación y almacenamiento para un sistema eléctrico más flexible.

Para asegurar la operabilidad del sistema con alta penetración de renovables es necesario contar con elementos que aporten firmeza y flexibilidad. Proponemos que se introduzcan ayudas a la instalación de baterías en plantas fotovoltaicas nuevas y existentes y su hibridación con otras renovables. Deberá aprobarse la Estrategia Nacional de Almacenamiento y convocarse subastas renovables con requisito de capacidad firme, además de realizarse el desarrollo regulatorio del almacenamiento y de la hibridación.

  1. Fotovoltaica para la electrificación de la demanda y la producción de hidrógeno.

La descarbonización de la economía requiere reducir emisiones en todos los sectores de actividad como el transporte y la industria. Para que la fotovoltaica contribuya a ello UNEF propone programas para la construcción para aparcamientos y marquesinas fotovoltaicos, electrolineras fotovoltaicas y programas para la producción de hidrógeno FV.

Además de estos programas y reformas, de manera transversal, entendemos que es importante que la ejecución del Plan se realice de forma abierta y competitiva. La urgencia no debe ir en menoscabo de que se proteja la libre competencia y que todos los actores del mercado puedan optar, a través de convocatorias abiertas, a los fondos.

Para concluir, en UNEF somos conscientes de que las decisiones que tomemos en los próximos tres años serán clave para el futuro a medio-largo plazo de nuestro país. Desde el sector privado debemos estar a la altura, pero el sector público debe apostar por sectores de alto valor añadido. Si España Puede, es apuntando hacia una economía sostenible, a través de la transición energética, las renovables y la industria baja en emisiones.

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