La columna de UNEF: La Energía Renovable también es una Cuestión de Género

Share

Este mes de enero IRENA, la Agencia Internacional de la Energía Renovable, ha publicado un informe llamado “Energía Renovable: Una Perspectiva de Género”, en el que se examina la cuestión de la igualdad de género en todo el sector. El informe es el resultado de las conclusiones de una encuesta que se realizó entre empleados de empresas e instituciones relacionadas con las energías renovables. El objetivo principal obtenido ahonda en la necesidad de impulsar acciones concretas para que aumente la participación de las mujeres en el sector para que el mismo de aproveche de sus capacidades plenamente.

La transición energética ofrece una oportunidad sin precedentes para transformar la sociedad que en la que vivimos a través de un nuevo paradigma económico y social y medioambiental. IRENA estima que el número de empleos en el sector renovable podría aumentar de 10.3 millones en 2017 a casi 29 millones en 2050. Estos trabajos se encontrarán en toda la cadena de valor, por lo que se requerirá de diferentes habilidades.

Adoptar una perspectiva de género cuando se dispone de una oportunidad como esta, en la que una transición es necesaria y se puede planear, es muy útil para maximizar los beneficios que conlleva facilitar el acceso al sector a las mujeres y distribuir el trabajo lo más equitativamente posible. Y esta afirmación está bien documentada por estudios a los que se refiere IRENA. La diversidad de género trae importantes beneficios colaterales. Estos estudios sugieren que las mujeres aportan nuevas perspectivas al lugar de trabajo y mejoran la colaboración, al tiempo que aumentan el número de mujeres cualificadas en el liderazgo de una organización produce un mejor rendimiento en general.

Para abordar el problema hacen falta datos sobre el estatus de participación de las mujeres en el sector, y separarlo entre el contexto moderno y el contexto de acceso a la energía. En este artículo nos centraremos en el contexto moderno.

Debido a que las energías renovables tienen una dimensión más multidisciplinaria que las energías fósiles, y es un sector más moderno, las mujeres representan el 32% de los empleados de tiempo completo de las organizaciones que respondieron a la encuesta, 10 puntos más alto que el promedio del 22% en la industria de los combustibles fósiles. Aun así, la participación de las mujeres en los trabajos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas de la industria renovable es mucho menor que en los trabajos administrativos (de 28% a 45%).

Es interesante conocer también que, a pesar de que el número de trabajadoras es significativamente menor que el de los trabajadores, y de las barreras existentes, la mayoría de hombres en el sector, incluidos los reguladores, no son conscientes de este hecho. Solo el 40% de los hombres y el 75% de las mujeres perciben la existencia de barreras de género.

Las barreras de entrada de las mujeres en el sector renovable son tres fundamentales: la percepción de los roles de género, las normas culturales y sociales y las prácticas de contratación que prevalecen. Huelga decir que en muchos sitios todavía se ven las carreras técnicas como masculinas, incluso en países como Nueva Zelanda, donde las graduadas en ingeniería son menos del 30% con respecto a los graduados, pero más del 80% en el sector salud. Esta diferencia puede deberse a la falta de información o la falta de redes relevantes

para las mujeres. Esta visión también da forma a las prácticas de contratación. En Canadá, por ejemplo, solo un 14% de mujeres realizan becas en el sector renovable. Esta tendencia sigue a lo largo de la carrera profesional, influyendo en la posibilidad de una persona de retener su trabajo y crecer profesionalmente. La más importante de estas barreras es el techo de cristal, siendo hombres por lo menos el 75% de los miembros de los consejos o juntas directivas.

Las mujeres siguen siendo las que tienen más dificultades para equilibrar trabajo y familia, especialmente por la maternidad, debido a la movilidad y a los salarios. Casi dos tercios de encuestados creen que las mujeres cobran menos que los hombres para el mismo puesto.

Las soluciones que se proponen para mejorar estos índices son, entre otras, aumentar la comunicación sobre la perspectiva de género en el sector, creando redes de apoyo para mujeres pero especialmente enfocadas en las estudiantes de carreras técnicas o las potenciales estudiantes, reconocer a mujeres que sobresalgan en el sector y que puedan ser referente de generaciones futuras, facilitar el acceso a oportunidades educativas o laborales a través de becas, prácticas, etc. Los desequilibrios de género en las organizaciones pueden mejorarse a través de objetivos específicos, como lo hacen Noruega, Alemania o Francia, especialmente en los consejos o juntas de las empresas.

Otra medida que mejoraría la vida de los trabajadores en general pero fundamentalmente la de las mujeres, y que debería ser prioritaria de todos los países, es introducir políticas para mejorar el equilibro entre vida privada y profesional. Así muchas más mujeres se quedarían en el sector y desarrollarían su carrera.

Como conclusión el informe destaca que es necesario atraer y retener el talento en el sector a través de medidas de flexibilidad que se adapten a las necesidades de las mujeres, y olvidarse de los roles de género que solo sirven de para encasillarse y hacer que las mujeres y la sociedad pierdan oportunidades.

Aida Gonzalez, Responsable de Política Energética

Este contenido está protegido por derechos de autor y no se puede reutilizar. Si desea cooperar con nosotros y desea reutilizar parte de nuestro contenido, contacte: editors@pv-magazine.com.