El dispositivo híbrido MOST combina placas solares y moléculas orgánicas para el almacenamiento especialmente diseñadas para conservar esta energía, transportarla sin pérdidas y liberarla, en forma de calor, donde y cuando se quiera.
El CEA-INES está probando un diseño de material para barras colectoras e interconexiones de células que podría reducir en un 30% la necesidad de plata en la fabricación de módulos fotovoltaicos bifaciales con tecnología de heterounión.
La Univertitat Politécnica de Vàlencia ha desarrollado el proyecto experimental INASOLAR, con fotovoltaica, eólica, hidráulica, un grupo electrógeno y un software de control. Según explicó la universidad a pv magazine, las conclusiones del estudio se podrían aplicar en municipios aislados de la red eléctrica.
«Su fabricación mediante procesos de impresión permite su producción en masa», explican desde el Grupo de Materiales Moleculares Orgánicos de la Universidad de Castilla-La Mancha, que ha desarrollado los dispositivos en colaboración con el Departamento de Física del Instituto LNM de Jaipur (India).
El proyecto de I+D Olivoltaica desarrolla recubrimientos de material composite basados en residuos de poda del olivar a los que se les confiere propiedades ópticas para que sean aplicados sobre células solares fotovoltaicas.
El proyecto energético de Aras, que cuenta con la colaboración de la Universitat Politècnica de València, consta también de una planta de biogás y biomasa, un parque eólico y una microcentral hidroeléctrica.
El proyecto SUREWAVE desarrolla un sistema fotovoltaico flotante con una estructura de rompeolas flotante externa fabricada con nuevos materiales circulares que actúe como protección contra las cargas severas del oleaje sobre la propia estructura solar.
El ITE ha presentado los resultados del proyecto Decartherm sobre almacenamiento térmico cuya metodología avanzada recomienda cuándo y cómo emplear cada tecnología para cubrir la demanda energética.
La startup española desarrolla una tecnología LDES que, alojada en un contenedor de 40 pies, tendría una potencia estimada de 100 kW y una capacidad de unas 100 horas con vida útil de más de 30 años y un LCOE inferior a 0.05 $/kWh en sus primeras fases de industrialización.
La ingeniería española ha diseñado la planta piloto de tecnologías híbridas de almacenamiento de energía térmica (TES) en el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento de Energía de Cáceres.
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