La transición energética está transformando radicalmente nuestro sistema eléctrico. En apenas cinco años, España ha pasado de un 19% en 2019 a superar el 65% de generación renovable en 2024, con la fotovoltaica liderando el mix por primera vez en la historia este año, además durante cuatro meses consecutivos. Sin embargo, este éxito trae consigo nuevos desafíos técnicos que requieren soluciones innovadoras. Entre ellos destaca la llamada «curva de pato», un fenómeno que el almacenamiento energético está llamado a resolver.
La curva de pato, nombre que recibe por su característica forma, representa la demanda neta de electricidad a lo largo del día. Esta curva se produce cuando la generación solar reduce drásticamente la demanda durante las horas centrales del día, creando un «valle» profundo, seguido de un incremento pronunciado al atardecer cuando la producción solar disminuye pero la demanda se mantiene alta.
Este fenómeno, inicialmente observado en California, está volviéndose cada vez más pronunciado en España. Las previsiones para 2030 indican que podría convertirse incluso en una «curva de cañón», con diferencias aún más acusadas entre los períodos de máxima generación solar y los momentos de mayor demanda. Los estudios muestran que las rampas de variación de demanda neta serán cada vez más pronunciadas, exigiendo una mayor flexibilidad al sistema eléctrico.
Se trata de una situación que trae consigo varios desafíos críticos. En primer lugar, genera una alta volatilidad en los precios del mercado eléctrico, con caídas significativas durante las horas de máxima producción solar y picos pronunciados al atardecer. Además, provoca vertidos crecientes de energía renovable en los momentos de mayor generación, desaprovechando un recurso valioso y limpio, e impidiendo a su vez que se alarguen las horas de energía barata. Lejos de mostrar mejoras, los análisis de la evolución de vertidos hasta 2030 muestran una tendencia preocupante: sin sistemas de almacenamiento adicionales, los vertidos de energía renovable podrían multiplicarse significativamente, especialmente en las regiones con mayor recurso solar, lo que no solo afectaría a la eficiencia del sistema, sino que también impactaría directamente en la rentabilidad de las instalaciones fotovoltaicas.
Es por ello que desde UNEF planteamos el almacenamiento como solución integral para deshacer la curva de pato y sus consecuencias negativas tanto para los precios de la factura como para un despliegue de renovables que permita cumplir los objetivos del PNIEC para 2030. En otras palabras, tenemos claro que el almacenamiento ha dejado de ser una tecnología del futuro para convertirse en una realidad imprescindible, y que hoy en día una solución de almacenamiento es tan fundamental para una planta fotovoltaica como el propio panel solar.
Hablamos de la única tecnología que permite transformar la energía solar en un recurso gestionable, ofreciendo la misma calidad y previsibilidad que las antiguas energías convencionales, y su capacidad para cargar energía durante los períodos de alta generación solar y descargarla durante los picos de demanda vespertinos es fundamental para resolver la problemática de la curva de pato. Esta flexibilidad no solo optimiza el aprovechamiento de la energía renovable, sino que también estabiliza los precios del mercado y reduce la necesidad de centrales de respaldo.
El almacenamiento ofrece además una variedad de servicios al sistema eléctrico, con aplicaciones diversas que traen consigo múltiples beneficios. En el ámbito de los servicios de ajuste del sistema, proporciona regulación primaria, secundaria y terciaria, además de control de tensión y gestión de desvíos, representando una fuente adicional de ingresos que mejora la rentabilidad de las instalaciones. Los sistemas de almacenamiento también juegan un papel crucial en la estabilidad de la red, proporcionando inercia sintética y capacidad de arranque autónomo (black start) en caso de apagones. Estas funcionalidades son especialmente relevantes en un contexto de creciente desconexión de generadores síncronos tradicionales.
En cuanto a las perspectivas económicas y tecnológicas, los avances son continuos. La viabilidad económica del almacenamiento mejora constantemente gracias a la reducción de costes y al aumento de la vida útil de las baterías. Los costes de almacenamiento han seguido una trayectoria similar a la experimentada por la fotovoltaica, con una reducción significativa del CAPEX y una mejora constante en el número de ciclos de vida útil. Las proyecciones indican que el coste nivelado de almacenamiento (LCOS) continuará su tendencia descendente, haciendo cada vez más atractiva su implementación.
Como vemos, sobran los motivos para fomentar la integración del almacenamiento en proyectos fotovoltaicos. Debemos tener en cuenta finalmente que no solo se trata de una cuestión económica o medioambiental a nivel país, sino que es una iniciativa rentable para el propio proyecto individual: el almacenamiento no solo mejorará la gestionabilidad de las plantas, sino que también aumentará su rentabilidad al permitir un mejor aprovechamiento de la energía generada.
Para terminar, pensemos en el camino por adelante: el almacenamiento representa la nueva frontera en la transición energética, y su desarrollo no solo es fundamental para resolver el reto de la curva de pato, sino que también es clave para alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable, eficiente y fiable. Por ello es fundamental pensar qué necesitamos hacer para maximizar sus beneficios y actuar de forma contundente y decidida: en primer lugar, desarrollar un marco regulatorio y retributivo adecuado, con subastas específicas para almacenamiento que contemplen tanto la potencia como la capacidad y que serán cruciales para proporcionar las señales económicas para su desarrollo. Necesitamos también responsabilidad institucional para una regulación del almacenamiento en base a criterios científicos y técnicos, que envíe un mensaje de seguridad jurídica a los posibles inversores tanto nacionales como extranjeros. Solamente así, con el compromiso de todos los actores implicados conseguiremos disfrutar los beneficios de esta tecnología y marcar el camino hacia un futuro energético más sostenible y económicamente viable.
Foto: cedida
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