Las petroleras europeas invierten casi exclusivamente en proyectos fósiles, según Greenpeace

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Greenpeace ha dado a conocer  su informe “Las Sucias Doce: el blanqueo en verde de 12 Petroleras Europeas”, en el que afirma que, aunque la mayoría de estas compañías se han comprometido a alcanzar cero emisiones netas en 2050, “lo que están haciendo en realidad es ocultar sus inversiones en energías sucias, escondiéndolas debajo de la alfombra de sus informes y disimulándolas con sus anuncios grandilocuentes”.

Las fuentes renovables contribuyeron solo en un 0,3% a la producción energética de estas empresas. “En vista de las escasas inversiones en el cambio energético, esto difícilmente cambiará en el futuro”, critica Greenpeace: el 92,7% de las inversiones de las doce empresas examinadas se destinaron el año pasado a proyectos fósiles, y solo el 7,3% a energías renovables.

En España, además, Repsol es líder en emisiones, según la organización: Solo un 0,82% de la producción de energía de Repsol en 2022 fue de origen renovable y destinó el 82% de sus inversiones a su negocio de combustibles fósiles. Las empresas BP, Equinor, Wintershall Dea y Total Energies incluso redujeron sus inversiones en la producción de energías limpias en 2022 en comparación con el año anterior.

Además, debido a la rápida subida del precio del petróleo, las doce empresas aumentaron sus beneficios un 75% el año pasado. La mayoría de las empresas estudiadas quieren mantener constante o incluso aumentar la explotación de yacimientos de petróleo y gas hasta al menos 2030. Otras opciones como los biocombustibles avanzados, el hidrógeno verde u otros gases ecológicos se mencionan con frecuencia en los informes de las empresas, pero la previsión se deja en gran medida en manos de otras industrias. Y en lugar de evitar los gases de efecto invernadero, las empresas recurren a la inyección de CO2 en el subsuelo, algo controvertido según Greenpeace, o a proyectos para compensar sus emisiones. “El resultado es una brecha cada vez mayor entre las declaraciones de relaciones públicas y la realidad de las empresas. Esta brecha se llena con un lavado verde diverso e imaginativo en los informes corporativos”, dice el estudio.

“Estas corporaciones hablan mucho de llegar a ser neutras para el clima en 2050, pero ni una sola de ellas tiene una estrategia plausible para alcanzar este objetivo”, afirma Lisa Göldner, experta en energía de Greenpeace.

El informe también afirma que estas empresas “priorizan soluciones falsas, que no rebajan realmente el uso de combustibles fósiles, como los mal llamados biocombustibles (que incrementan la deforestación), el almacenamiento y captura de carbono o la compensación de emisiones de carbono. Esta solución no es tal, pues con ella se continúa e incluso se incrementa el ritmo de producción de petróleo y gas hasta 2030 y lo prolonga hasta al menos 2050”, añaden.

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