Los mayores productores de polisilicio de China han creado una plataforma de coordinación en Pekín, lo que supone el indicio más claro hasta la fecha de que la cadena de suministro solar del país se está moviendo hacia una gestión estructurada de la capacidad tras un prolongado colapso de los precios.
Beijing Guanghe Qiancheng Technology Co., Ltd., que coordina producción por valor de 3000 millones de yuanes (364 millones de euros) se registró el 9 de diciembre en el distrito de Chaoyang de la capital china como una sociedad limitada con inversión mixta nacional y extranjera. Los ejecutivos del sector la describen como una «plataforma de almacenamiento e integración de polisilicio», aunque su ámbito de actividad formal se centra en los servicios tecnológicos y de gestión, más que en el comercio de materias primas. Los inversores y los funcionarios la consideran la columna vertebral institucional de un plan largamente debatido para almacenar material y calibrar el suministro.
La lista de accionistas refleja el núcleo del segmento solar upstream de China. Una filial de Tongwei posee el 30,35 %, seguida de GCL Technology con el 16,79 %. Oriental Hope, Daqo New Energy y Xinte Energy poseen cada una entre el 10 % y el 11 % aproximadamente. Otros inversores son Asia Silicon, Qinghai Lihao, Qinghai NBG New Energy, Xinjiang Goens y Beijing Zhongguang Tonghe, que es propiedad al 100 % de la Asociación China de la Industria Fotovoltaica (CPIA). Liu Yiyang, secretario general ejecutivo de la CPIA, forma parte del consejo de administración, lo que indica un mandato de todo el sector.
Los precios del polisilicio han caído desde alrededor de 300.000 CNY (36.450 €) por tonelada métrica en su pico de 2023 hasta cerca de 50.000 CNY (6.075 €) este año, llegando a tocar brevemente los 33.000 CNY (4.010 €) a mediados de 2024. China representa alrededor del 95 % de la capacidad mundial, y sus cinco principales productores controlan cerca del 80 % del total del suministro. La rápida expansión ha empujado al sector a un grave ciclo bajista, lo que ha provocado una reducción de los márgenes en toda la cadena de valor de la energía solar.
El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China (MIIT) convocó a los principales fabricantes y a la CPIA en dos ocasiones a mediados de 2024, lo que supuso un apoyo a las medidas destinadas a frenar la expansión redundante y a orientar la capacidad ineficiente hacia una salida. Guanghe Qiancheng es el primer resultado institucional de esas conversaciones.
Personas familiarizadas con los planes dijeron que se espera que los accionistas utilicen la plataforma para discutir bandas de precios «razonables», objetivos de inventario y volúmenes totales de reserva. Los comentarios del sector indican que los precios de venta futuros podrían elevarse por encima de los 60.000 CNY por tonelada, de los cuales unos 10.000 CNY reflejarían los costes de almacenamiento. Se espera que la empresa compre material cuando los precios caigan por debajo de los umbrales acordados y libere existencias cuando la oferta se reduzca, actuando como estabilizador en lugar de como almacenista permanente.
Los ejecutivos que participan en el proyecto han comparado este enfoque con el papel de la OPEP en los mercados petroleros, al tiempo que han destacado que la plataforma no pretende ser un cártel clásico de fijación de precios. Opera bajo la supervisión de la CPIA, cuyos reguladores conocen su creación, y se centra formalmente en la «optimización de la capacidad, la eficiencia de costes y la cooperación estratégica» entre las empresas miembros.
Siguen existiendo retos importantes. La coordinación entre competidores con diferentes presiones financieras y planes de expansión pondrá a prueba la gobernanza. El balance de la plataforma es modesto en comparación con la enorme producción de polisilicio de China, y debe evitar las preocupaciones regulatorias sobre la manipulación del mercado, sin dejar de influir en la confianza.
Una implementación exitosa podría moderar la carrera a la baja del sector, dando tiempo a las instalaciones más antiguas o de mayor costo para salir de manera más ordenada y ayudando a preservar la ventaja tecnológica y de costos de China en la fabricación de energía solar. El fracaso correría el riesgo de desencadenar otra ronda de guerras de precios desestabilizadoras en una industria aún más concentrada.
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