Un estudio determina la combinación espacial óptima de las inversiones fotovoltaicas en España

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Tras un periodo de estancamiento que duró aproximadamente hasta 2018, España ha acelerado las inversiones en energía fotovoltaica.

El estudio de Ignacio Mauleón, de la Universidad Rey Juan Carlos, “Optimising the spatial allocation of photovoltaic investments: Application to the Spanish case”, publicado Energy Conversion and Management, pretende desarrollar criterios para la asignación espacial de las inversiones destinadas a reducir la variabilidad de la potencia generada a causa de la intermitencia meteorológica.

Para determinar la combinación espacial óptima de las inversiones fotovoltaicas se analiza la sustracción de los ciclos deterministas de irradiancia diaria y anual para estimar la variabilidad de la componente aleatoria con datos horarios para los años 2005-2020 en diversas localizaciones homogéneamente repartidas por el país.

Según el autor, los resultados muestran que una asignación de inversiones directa y ponderada por igual no es lo ideal; la solución óptima implica inversiones diversificadas, es decir, invertir sólo en los lugares más productivos no es la mejor política. Esto se debe a los componentes aleatorios intermitentes no correlacionados entre los distintos lugares. También se demuestra que invertir en lugares de baja irradiancia contribuye a reducir la variabilidad global.

Un segundo objetivo del estudio es considerar cómo la contabilización de las inversiones en energía eólica podría afectar a esta distribución óptima, y el autor constata que el impacto es significativo espacialmente, y que proporciones de energía eólica superiores al 10% aumentan la variabilidad agregada en todos los niveles de potencia agregada generada. Sin embargo, las proporciones de inversión en energía eólica inferiores al 10% reducen significativamente la variabilidad agregada global debido a la correlación negativa entre la irradiación eólica y la solar.

El tercer punto abordado es la minimización de los desajustes entre la oferta de energía renovable y la demanda agregada de electricidad, y la contribución de la energía eólica aumenta significativamente, acercándose al 50%. No obstante, la minimización conjunta con variabilidad aleatoria, incluso con una ponderación elevada del desajuste oferta-demanda, arroja una cuota fotovoltaica superior al 80%. Estos resultados proporcionan criterios adicionales para asignar las inversiones espaciales de forma óptima en España, y para la combinación óptima de energía solar y eólica en varios escenarios.

Por último, al autor analiza la distribución espacial actual de las inversiones fotovoltaicas en España y demuestra que hay margen de mejora. También constata “que la proporción actual entre energía eólica y fotovoltaica puede no ser óptima, y que sería recomendable aumentar proporcionalmente más la energía fotovoltaica”, concluye.

 

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