Anpier exige que las pymes puedan comercializar su producción de energía

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El 9 de abril la Asociación de los Pequeños Productores Fotovoltaicos celebró en Madrid su Asamblea General y se fue reelegido presidente, para los próximos cinco años, Miguel Ángel Martínez-Aroca, que ha ocupado ese puesto en la última década, y repite en el cargo por aclamación. Esto es lo que ha contado a pv magazine sobre sus expectativas.

 

Ya ha ganado en dos ocasiones las elecciones a la presidencia de Anpier ¿Por qué quiere volver a presidir la Asociación de los pequeños productores fotovoltaicos? ¿Qué le motiva?

Son muchas las motivaciones y han ido variando con los años. En un principio me movió el compromiso con todos los paisanos de mi región, con esas familias de agricultores y ganaderos de Murcia que habían puesto todos sus ahorros en el desarrollo y generación de energía solar fotovoltaica, que fueron llamados por el Estado para hacer una contribución decisiva pare evitar el cambio climático, a través de una inversión ética que, en la inmensa mayoría de los casos, era la única y más importante inversión que habían podido hacer y en la que depositaban la esperanza de una jubilación digna. Ese impulso permanece inalterado, defendiendo a las familias pioneras de todo el Estado español que sufren recortes retroactivos salvajes.

Luego vas conociendo los motivos, falaces, que motivaron los recortes que sufrimos, puesto que nos atribuían el déficit de tarifa y los altos precios de la energía, algo que en los últimos meses se ha demostrado que era radicalmente falso y que obedece a las deficiencias del mercado mayorista, constatas las injusticias que dominan un sector, como es el eléctrico, dominado por unos pocos operadores.

Cuando estás conectado con todas estas dinámicas y sientes que dejar esta responsabilidad es debilitar las posibilidades de lograr una compensación para este gran colectivo, cuando ves a tus asociados trasladándote agradecimiento y felicitación por el esfuerzo, si se conservan energías para seguir en la brecha es inevitable mantenerse en la vanguardia de esta batalla contra la mayor injusticia que se ha visto en una democracia real: un Estado que burla a sus ciudadanos y trata de confundir a la sociedad para legitimar una injusticia que los tribunales internacionales no aceptan, por eso los inversores extranjeros sí están logrando la justicia que a nosotros nos niega nuestro propio país.

 

Hágame un balance breve de los últimos cinco años.

 Ha sido un periodo de sobresaltos y de lucha intensa. Hemos consolidado un modelo de asociación que ofrece servicios muy profesionales a sus asociados en todas sus áreas, tenemos un equipo muy experto, yo diría que la referencia en las cuestiones de gestión de instalaciones de generación renovable, con asistencia técnica, jurídica y fiscal. Somos una entidad que aporta alegaciones de interés general a todas las disposiciones del sector eléctrico en desarrollo, porque somos productores y, también, ciudadanos, esa doble visión nos aporta un criterio muy equilibrado. En representación y defensa de los intereses del productor pequeño, logramos tener representado a nuestro colectivo en los más importantes foros sectoriales y administrativos. Hemos logrado avances importantes, como la fijación del 7,39% por doce años; pero nos parece absolutamente insuficiente, son pequeños avances, la reparación no se ha alcanzado.

 

¿Se ha reparado de algún modo el acoso y derribo que sufrieron las 65.000 familias que atendieron las sugerencias del Gobierno de España y decidieron hace 15 años invertir sus ahorros en la fotovoltaica?

Solo se ha evitado un recorte adicional, con el anclaje de esos 12 años de la rentabilidad del 7,39%; estaba prevista una demolición de nuestro sector de generación pionero y social, eso se evitó y ahora tenemos una precaria estabilidad, las mermas son brutales, con recortes de hasta el 40% de los ingresos que estaban previsto y que motivaron nuestro esfuerzo inversor.

Tenemos un compromiso expreso del Gobierno, recogido en el propio programa firmado por PSOE-Unidas Podemos. Esperamos que este compromiso se materialice y que no seamos víctimas de una nueva burla. Es colectivo espera que esa medida se conozca pronto y se pueda hacer efectiva. Estamos en manos del Ministerio para la Transición Ecológica, que es quien debe articular una medida, la medida que nos han prometido de forma reiterada y que se plasma en el Programa.

 

¿Qué falta por hacer? ¿Estamos más cerca de esa reparación? 

Hay que reconocer el esfuerzo de este colectivo, una reparación moral, explicar a la sociedad que hemos sido los que dieron el primer paso en la transformación ecológica, con sus ahorros, hipotecando sus propios hogares para madurar la tecnología clave, la fotovoltaica, un compromiso aceptado y cumplido. La fotovoltaica es energía autóctona, limpia y barata. Por otro lado, es precisa esa medida de reparación económica, comedida, modesta, pero que debe hacerse efectiva. Los fondos están logrando reparaciones económicas importantes, nosotros merecemos una compensación, por modesta que esta pueda ser. Es de justicia. No habrá transición justa en España sin esta reparación moral y económica.

 

Usted ha defendido siempre que la transición energética tiene que ser social, abierta a los ciudadanos, los pequeños inversores. ¿Lo está siendo?

 Pensamos que no. Se ha establecido una intuitiva asociación: el autoconsumo es la clave de bóveda para verificar esta socialización de la energía. Sin embargo, esta visión no es, a mi juicio, completa. Siendo el autoconsumo una solución óptima y deseable, no aprovecharemos todo el potencial que nos ofrece la fotovoltaica para socializar la transición energética. Dar acceso a nuestras pymes para implantar pequeños parques que puedan vender su producción a través de las redes de distribución debe impulsarse regulatoriamente para fijar riqueza en nuestros territorios.

El autoconsumo es ahorro y la generación eléctrica para venta son ingresos, no debe priorizarse una y negarse la otra, no es coherente ofrecer líneas de ayudas para el autoconsumo y no facilitar a nuestras pymes la posibilidad de comercializar producción de electricidad, negocio que se está entregando a los grandes desarrollos de multinacionales con capital foráneo, entre otras cosas porque el autoconsumo es y será una pequeña parte del consumo eléctrico, mientras que el suministro a través de las redes es y será la parte fundamental del mercado eléctrico.

 

La tercera subasta de renovables del Gobierno de Pedro Sánchez, prevista en principio para el 6 de abril, se ha retrasado. ¿Sabe para cuándo está prevista? 

Reamente no lo sabemos, los problemas energéticos ocasionados por la guerra en Ucrania han dejado esta cuestión en segundo plano y el Ministerio ha tenido que orientar sus recursos humanos a evitar una debacle energética en España. Nosotros hicimos nuestras alegaciones en tiempo y forma. Pensamos que es necesario dar entrada a las pequeñas iniciativas de forma sincera, con un precio de corta adecuado a sus costes. Es muy probable que en breve se avance en esta nueva subasta.

 

Esa subasta pretende reservar 140 MW a instalaciones fotovoltaicas de hasta 5 MW y carácter local. Pero ese epígrafe quedó prácticamente desierto en la subasta anterior. ¿Por qué? ¿Qué pasará en esta ocasión?

Si es sincero el deseo de que entren instalaciones de pequeña potencia, se adecuará en precio de corte, si no es sincero se fijará un precio de corte MWh que dejará fuera todas las iniciativas, que deben hacer números que les deje alguna rentabilidad, como es lógico, con el precio de corte de la anterior subasta no salían los números para instalaciones de 5 MW por eso quedaron todos estos proyectos fuera, porque los números no salen. Inisito, si es sincero el interés por dar entrada a estos parques pequeños y sociales, el precio de corte se adecuará a sus realidades; si no lo es, se planteará un precio de corte inasumible y volverá a quedar desierto.

 

¿Cómo cree que afectará a la energía fotovoltaica la guerra de Ucrania?

Cada instalación fotovoltaica es un paso más en independencia energética, esto lo venimos diciendo hace años: la soberanía energética es esencial para la competitividad y el bienestar de los españoles, y la mayor firmeza se logra en generación distribuida, porque se reparten los ingresos del sistema entre pymes y comarcas, por una parte, y garantiza un suministro eficiente y de calidad, por otro. En nuestras manos está, España es un territorio privilegidado para la generación fotovoltaica y eólica, ahora queda avanzar en esta dirección y que los ciudadanos sean protagonistas y beneficiarios reales de esta gran transformación.

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