La columna de UNEF: Sólo habrá progreso con renovables

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Nuestro planeta está enfermando. Cumplir con el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) no significa una sanación total, por ahora es sólo la hoja de ruta a 2030 para que el diagnóstico no siga empeorando. Los efectos del aumento medio de la temperatura media mundial en 1,1 ºC desde la era preindustrial (OMM) se notarán durante años, pero se trata de impedir que sobrepase el umbral crítico de los 1,5 ºC establecido por los expertos. Un primer tratamiento ha consistido en revisar las herramientas disponibles y decidir nuestro grado de ambición, que debía ser, por lo menos, el mínimo marcado por Europa.

Urge descarbonizar la economía y abandonar los combustibles fósiles, cuyas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) representan una de las principales causas de ese aumento de temperatura. Y en España gozamos aventajadamente de una de las mejores herramientas y medicina disponible hoy para hacerlo, las renovables y, concretamente, la energía fotovoltaica. Su implantación tendrá un papel destacado en la transición energética, por su madurez, multitud de aplicaciones y cantidad de horas solares de las que disponemos.

Podremos sumar la energía solar que generaremos a través del autoconsumo en los tejados residenciales, hoteleros o de los edificios de las administraciones públicas e instalaciones industriales a la que produzcamos con plantas sobre terreno, necesarias para alcanzar la velocidad y los objetivos que el desafío requiere.

Difícilmente un despliegue tan rápido -porque empezamos tarde la lucha climática-, podría estar exento de cierta oposición. Surgen miedos sobre su posible impacto en la biodiversidad, dudas sobre el reparto en el uso del espacio con otras actividades económicas o de la integración en el paisaje de las zonas donde se instalan. En general, es inevitable el miedo a lo desconocido, y, sobre todo, si el desconocido coge velocidad.

La discusión siempre es buena. Es bueno debatir y estudiar los efectos sobre el suelo y la biodiversidad, cómo tener el menor coste social y la mayor integración. Pero la discusión tiene que ser veraz, constructiva y fiel a la realidad: “Sin fuente, no hay dato”. El trade off coste, riesgo y beneficio es positivo, en contradicción con la creciente beligerancia contra los parques de energías renovables. Las tan esperadas renovables son hoy una de las mejores soluciones para mitigar el cambio climático.

La cuestión es ¿nos estamos haciendo la pregunta correcta? ¿Cuál sería el coste de no actuar sobre nuestra salud y la del planeta? En consonancia deberíamos ir pivotando la discusión en torno a preguntas como ¿qué impacto positivo tienen las plantas fotovoltaicas? y ¿cómo podemos hacer que sean aún más sostenibles?

El impacto positivo de los huertos solares y cómo podemos hacer que sean aún más sostenibles.

Llama la atención como, con el paso de los meses, vemos mejoras en la introducción de flora y fauna en los parques existentes, un éxito que deberíamos celebrar, y celebramos, pero que al tiempo genera titulares llamándolo poco más que una acción estética o de maquillaje. ¿No sería más conveniente entrevistar a los desarrolladores de esos parques y entender qué han hecho bien para que se pueda replicar? ¿O entender qué barreras se están encontrando?

Con respecto a ejemplos de excelencia en parques fotovoltaicos, el conocimiento está muy fragmentado y compartir buenas prácticas siempre es un ejercicio constructivo que puede ayudar a que se extiendan. Con respecto a las barreras, visibilizaríamos, por ejemplo, que un parque existente que quiere ser multifuncional y ceder su suelo gratuitamente a un agricultor, se puede encontrar con que la normativa no le permite a éste comercializar su producción.

Centremos los esfuerzos en pivotar el mensaje desde qué impacto tiene la fotovoltaica en la biodiversidad a cuánto podemos contribuir a que aumente durante el despliegue de la energía solar. No tiene nada que ver un parque de hace diez años con uno actual, Con cada MW instalado sigue aprendiendo el desarrollador, la administración, el fabricante y la consultora ambiental.

La conservación de la avifauna es uno de los puntos más importantes en la evaluación ambiental, pero seguro que podemos ir más allá. Y en muchos casos se está haciendo, empezando por las propias las empresas y las administraciones, que son cada vez más exigentes. Estudiemos diseños de parques más beneficiosos para el medio ambiente y la calidad de suelo. Se espera que la biodiversidad en las plantas fotovoltaicas sea menor que en reservas naturales pero mayor que en terreno agrícola, pero ¿dónde se sitúa? ¿Cómo podemos mejorarla? ¿Qué aspectos del diseño y gestión de una planta están más ligados al incremento de la biodiversidad? Estas son la clase de preguntas que debemos intentar resolver para seguir mejorando

El debate social es positivo e imprescindible para mejorar la sostenibilidad y entender las necesidades locales.

Ver placas fotovoltaicas debería ser un signo de progreso: lucha activa contra el cambio climático, responsabilidad con las siguientes generaciones, electrificación de las zonas rurales, precios de la electricidad más competitivos, menor dependencia energética del exterior, reindustrialización nacional, nuevos empleos, entre otros. Debemos canalizar correctamente y con transparencia la comunicación sobre los beneficios de las energías renovables para que la desinformación y las voces “no en mi patio trasero” no predominen.

Asimismo, llama la atención que el debate en Comunidades Autónomas como Cataluña, con un mix energético basado en fósiles y nuclear, esté centrando en posibles moratorias y más en el tamaño de las instalaciones que en su correcto emplazamiento.

Generar energía solar es una actividad sostenible, pero, por supuesto, no será sostenible un parque solar si no cuenta con el apoyo social local. Es imprescindible, y rigurosamente desde la Unión Española Fotovoltaica pedimos a nuestras empresas socias y defendemos desde el sector, que todas las empresas desarrolladoras entablen un diálogo y compartan su conocimiento con todas las partes interesadas de un proyecto.

Desde UNEF seguiremos dedicando una importante parte de nuestros recursos a contribuir al desarrollo sostenible del sector renovable. Bienvenidas todas las propuestas para seguir mejorando su despliegue.

 

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