Luces y sombras de los módulos de +500 Wp – Parte IV

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Artículo 4: ¿Amor para siempre o un romance de verano?

Como hablamos en primer artículo de esta serie, muchos actores del sector piensan que, en realidad, no estamos ante un avance tecnológico, sino ante una tendencia que se ha establecido entre los fabricantes para homogeneizar el mercado y que ningún fabricante de los Top10 se quede desbancado.

También hemos visto que esta estrategia de los supermódulos es relativamente segura para los fabricantes porque, a priori, les permite reducir costes, no introducen innovaciones tecnológicas grandes y “los riesgos que pueden darse son suficientemente difusos para que el departamento de marketing los pueda maquillar y solo se den cuenta los que realmente saben del tema, que no suelen ser siempre los mismos que compran los módulos”, nos ha dicho por teléfono una de las compañías que prefiere no ser citada.

Hemos hablado de que esta tendencia beneficia sobre todo a los fabricantes grandes o muy solventes, es decir aquellos que disponen ya de líneas de producción que les permitan fabricar este tipo de módulos o los que pueden invertir en ellas. El resto se ve obligado a hacer un desembolso para poder apuntarse al carro de esta nueva tendencia impuesta por los grandes y que ha llevado a un cierto monopolio.

“Si nos ponemos a comparar los indicadores típicos de calidad de un módulo desde el punto de vista del performance (NOCT, eficiencia, coeficientes de temperatura…) se ve que los módulos de +500 Wp no son necesariamente mejores que los de 400 W. Muchos mejoran sólo mínimamente en aspectos que los fabricantes pueden modular a voluntad debido a un interés comercial, como son la degradación anual, garantía de producto, garantía de performance, etc.), es decir nada tangible que pueda comprobarse en un laboratorio”, nos resume Asier Ukar, de PI Berlin.

Prueba de impacto de granizo / Foto: PI Berlin

Foto: PI Berlin

La pregunta entonces es: ¿estamos ante una tendencia que podría verse como fruto de una guerra comercial aderezada con mucho marketing, o ante un producto que ha venido para quedarse?

Desde Trina nos dicen que “han venido para quedarse. Las celdas de 210 milímetros derivadas de lingotes de silicio monocristalino de 12 pulgadas son las más grandes de la industria, son una realidad y su capacidad de producción crece más cada año que pasa. Las características de bajo Voc que trae este módulo, además de permitir la integración de un alto número de módulos por cadena, también trae alta corriente Isc lo que crea la necesidad de desarrollar otros componentes del sistema como rastreadores solares e inversores, respectivamente. Por ello, toda la industria se ha movilizado para desarrollar la compatibilidad óptima con este nuevo modelo de panel, en una alianza que involucra a empresas como nClave, Nextracker, ArcTech, Sungrow, Huawei, SMA, JA Solar, Risen, DNV GL, TUV Rheiland Group y otras para extraer todos los beneficios de un sistema fotovoltaico optimizado y ofrecer mayor integración a la fuente fotovoltaica en la red de energía de cualquier país del mundo”.

En Ingeteam, en cambio, opinan que se trata de una tendencia positiva: “Pensamos que se trata de una tendencia. Dado que permiten incrementar aún más la densidad energética y la eficiencia, en definitiva, ofrecen mejores costes por kWp. Esta tendencia acabará siendo un estándar hasta que haya otro punto de inflexión en optimización de costes”.

Aurinka cree que “el half-cell y el bifacial han venido para quedarse. Lo de fabricar obleas más grandes es motivo de discusión. Pocas empresas son capaces de hacer obleas por encima de 166 mm y menos (o solo una) con 210 mm. Estas obleas son más frágiles con lo que el porcentaje de roturas en fabricación de células y de módulos será mayor. Ese es el principal inconveniente de hacer las células cada vez más grandes.  Otro inconveniente es que la mayoría de equipos de producción de células y de módulos no son capaces de procesar esos tamaños de oblea, por lo que las empresas que ya hayan hecho su inversión en equipos están limitadas en ese sentido.

Si alguna empresa es capaz de conseguir procesar esos tamaños de manera rentable (sin romper las obleas y las células), es lógico que lo haga.

Desde nuestro punto de vista, hoy por hoy, esto responde más a una estrategia de marketing que a un escenario productivo real. Como afirman los fabricantes de células y módulos (Tongwei, JA Solar, etc) ninguno de estos módulos se fabrica de manera masiva, y más bien parece una carrera por conseguir un titular que una estrategia de mercado real.”

Solarwatt opina que “han venido para quedarse, pero tienen su mercado, como el resto de tecnologías. Hay y va a haber una gama de módulos cada vez más específica para cada cliente”.

Baywa re también cree que se quedarán: “Desde los inicios de la industria solar fotovoltaica hace más de 20 años, los fabricantes de módulos a través de la inversión en I&D han conseguido mejoras continuas en la eficiencia de las células fotovoltaicas así como en la tecnología de los módulos. Esta tendencia se mantiene en los últimos años y es de esperar que muchos de estos módulos que se están lanzando actualmente demuestren su calidad técnica y adecuación para su instalación y se fabriquen en el futuro masivamente”.

Diverxia matiza: “Creemos que han venido para quedarse, pero no hay que olvidar tampoco que la tecnología de los módulos puede avanzar en otros aspectos, no solo en la potencia”.

Krannich es también optimista: “Todos los fabricantes buscan innovar y avanzar con la tecnología que producen. Lo lógico es pensar que lo que ahora es una tendencia venga para quedarse. Seguramente se puedan reducir los costes de producción asociados a los módulos ultra potentes más adelante, pero la situación actual -marcada por la crisis del coronavirus y diversos accidentes en algunas de las grandes fábricas suministradoras de obleas de polisilicio- impide que eso suceda. Hoy en día existen ciertos problemas de suministro que han provocado un incremento general de los precios. De cara a finales de año existe una elevada demanda de paneles de alta potencia por los grandes proyectos que están pendientes de realizarse, especialmente en China. Ahora mismo, la demanda de este tipo de módulos es superior a la producción, y eso también ha repercutido en un incremento de precios, pero una vez estos se estabilicen, podremos comprobar que esta tecnología habrá venido para quedarse.”

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