El sueño de fabricar células solares y módulos fotovoltaicos fuera de Asia es cada vez más lejano. La combinación de la caída de los precios de los módulos fotovoltaicos y la supuesta acumulación de existencias de hasta dos meses por parte de los fabricantes chinos de módulos fotovoltaicos está contribuyendo a la vorágine. Los planes de construcción de plantas de producción de módulos y células fotovoltaicas a escala GW en EE.UU. y Europa se han retrasado o directamente desechado y, para empeorar las cosas, los mercados occidentales están acumulando existencias de productos comprados por el doble de los precios de mercado actuales de fin de año.
Esta tormenta solar está causando estragos en la industria, provocando grietas en los cristales de los módulos y una cadena de suministro aún más fracturada. En tiempos como estos, lo mejor sería reflexionar sobre las palabras pronunciadas por Albert Einstein, quien, según se dice, dijo una vez: “Haz las cosas tan simples como sea posible, pero no más simples”. Su argumento, que una idea debe hacerse lo más coherente posible sin despojarla de su significado, podría aplicarse a la energía solar fotovoltaica en este mercado actual. Que los módulos fotovoltaicos sean lo más baratos posible, pero no más baratos. Porque todo en la vida tiene un precio final.
¿Cómo han llegado a ser tan baratos los módulos fotovoltaicos?
La energía solar se ha convertido en la tecnología de generación de energía más asequible y de más rápido crecimiento. Ha superado a todas las demás tecnologías de generación de electricidad renovables y convencionales año tras año desde 2015. Parte de su popularidad radica en el precio, ya que cada empresa es extremadamente competitiva gracias a una serie de factores de mercado y mejoras del producto. Esto incluye menores pérdidas por corte, mejor empaquetamiento de las células en los módulos, menos plata, vidrio más fino, marcos más finos, módulos más grandes, electricidad más barata y, lo que es más importante, empresas que inundan el mercado con productos. Los consumidores que compran sistemas fotovoltaicos descentralizados más baratos para tejados o tecnologías de instalación a escala comercial han cosechado los frutos. Pero con el paso del tiempo, sobre todo para los operadores a gran escala, han surgido fisuras.
El precio de los módulos fotovoltaicos baratos
En una década, el tamaño de los módulos fotovoltaicos casi se ha duplicado, con marcos más finos, cristales más delgados y raíles de montaje más cortos. Los módulos de media célula ahora normalmente tienen tres agujeros en el cristal trasero, lo que les permite soportar un peso significativo de la carga fotovoltaica. El cambio se produjo en 2017, cuando el vidrio templado (no totalmente templado) de 2 milímetros de grosor pasó a ser más barato que el estándar de oro de los módulos fotovoltaicos, el vidrio totalmente templado de 3,2 milímetros. Más o menos al mismo tiempo, las centrales fotovoltaicas de gran escala empezaron a utilizar principalmente vidrio doble bifacial.
En la actualidad, casi todas las centrales fotovoltaicas a gran escala utilizan módulos bifaciales de doble vidrio con vidrio de 2 milímetros de grosor en la parte delantera y trasera. Pero las centrales solares de gran escala instaladas en los últimos años, que utilizan módulos fotovoltaicos de vidrio doble de 2 milímetros, están registrando tasas de rotura de hasta el 10%.
Las grietas observadas están provocando reclamaciones de garantía y disputas contractuales que cuestan dinero, tiempo e integridad. Esto significa que la energía fotovoltaica barata no sólo está dando lugar a peores resultados para el consumidor de energía, sino que también está fracturando la industria, afectando a los proveedores de módulos y seguidores fotovoltaicos, a las empresas de ingeniería, productos y construcción, y a los propietarios de plantas fotovoltaicas. Hay que conseguir que los módulos fotovoltaicos sean lo más baratos posible, pero no más baratos.
Autor: Prof. Ricardo Rüther (UFSC).
ISES, la Sociedad Internacional de Energía Solar, es una ONG acreditada por la ONU fundada en 1954 que trabaja por un mundo con un 100% de energía renovable para todos, utilizada de forma eficiente y prudente.
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