Preparando el camino para la certificación del hidrógeno verde

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El grupo de trabajo sobre descarbonización de los sectores de uso final de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ha presentado una serie de recomendaciones clave para la creación de certificados y normas de hidrógeno verde.

En el documento “Descarbonización de los sectores de uso final: Green Hydrogen Certification“, el grupo de expertos subrayó la importancia de confiar en terceros independientes para la verificación de todos los datos de los sistemas de seguimiento del hidrógeno verde, así como en normas objetivas y de divulgación pública.

Se identificaron dos modelos principales para el futuro sistema de certificación: un sistema de “libro y reclamación” que se aplica sobre todo a la electricidad renovable, en el que la reclamación sobre el consumo de energía renovable reservada por un proveedor de energía está separada del flujo físico; y un sistema de “equilibrio de masas” que se utiliza habitualmente para los biocombustibles, en el que siempre debe probarse un vínculo físico entre la producción y el consumo de energía verde.

El documento también destacaba la dificultad de aplicar una normativa común a escala mundial y la posibilidad de que surjan varios problemas de comunicación entre los sistemas de los distintos países. “Pueden surgir problemas de transparencia si la información sobre el proceso de producción y el transporte, especialmente en lo que respecta a los vínculos con las energías no renovables, no está claramente trazada, documentada y declarada”, señalaron los expertos de IRENA.

Para la certificación del hidrógeno producido a partir de fuentes de energía renovable se han esbozado cuatro requisitos principales Una correlación temporal que garantice que la electricidad utilizada para la electrólisis es renovable; una correlación geográfica, que exija cierto grado de vinculación física, para la producción de hidrógeno; que se evite una mayor proporción de electricidad generada por combustibles fósiles en otras partes del sistema eléctrico; y unas especificaciones que ofrezcan total transparencia e información sobre los recursos utilizados.

Además, las emisiones de carbono deben considerarse por cada kilogramo de hidrógeno verde a lo largo de toda la cadena de valor, desde la producción hasta el transporte. “No obstante, debe tenerse en cuenta a corto plazo un cierto grado de flexibilidad en cuanto a los requisitos geográficos, temporales y de adicionalidad para garantizar que el naciente mercado del hidrógeno verde pueda desarrollarse”, señala el documento.

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