La columna de UNEF: La energía solar, oportunidad para la biodiversidad

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En primer lugar, las plantas se construyen en espacios de bajo valor ecológico, en muchos casos en terrenos en desuso donde antes había agricultura intensiva. En segundo, las plantas aplican medidas de integración ambientaltanto en la propia planta (respeto de la capa vegetal, vallado permeable, nidales, refugios para reptiles, charcas, no uso de hormigón) como en su entorno (replantación, pantalla visual vegetal) y en su mantenimiento (uso por la ganadería para pasto). Con la aplicación de estas medidas, estos espacios muestran mayor biodiversidad una vez está operativa la planta solar que antes de su construcción, lo que se constata en visitas posteriores.

Sobre la calidad ecológica del terreno, es precisamente el gran interés inversor en nuestro país y la multitud de actores compitiendo en el desarrollo de plantas, lo que empuja a las empresas evitar espacios de alto valor. Hay que tener presente que la ventaja de un desarrollador de plantas es ser ágil, avanzar más rápido que su competencia en la tramitación de los distintos permisos y autorizaciones. Si un desarrollador plantea sus proyectos en zonas de alto valor ambiental, se está complicando la vida y le está poniendo las cosas más fáciles a sus competidores.

Así se expresa el propio Ministerio con la zonificación ambiental: los desarrolladores son libres de ir a zonas de alta sensibilidad, pero saben que en esas zonas lo van a tener muy difícil, y precisamente por eso las evitan. Desgraciadamente, hay una percepción que todos los proyectos se aprueban desde el primer momento y que, por eso, con la cantidad de expedientes que hay en tramitación, hay que pararlos y hacerlo de forma urgente. Pero la realidad es diferente.

Debe tenerse en cuenta que los proyectos que se hayan planteado en zonas de alto valor ecológico sencillamente no van a superar el proceso de tramitación. En cuanto se haga el estudio de avifauna, que ahora se exige que sea de ciclo completo con visitas de campo, si hay una afección se va a evidenciar. Además, hay que entender que la tramitación ambiental es un proceso vivo en el que desarrollador y administración interactúan durante meses. Nada se aprueba directamente. En especial, los proyectos de las plantas más grandes reciben un escrutinio muy estricto y son las que acaban aplicando las medidas más estrictas de integración y de renaturalización del entorno.

En este debate hay que distinguir entre proyectos planteados inicialmente y cómo se construyen finalmente las plantas, según se establece en su autorización. En todo caso, es evidente que la administración y los grupos conservacionistas reclaman estudios de impacto ambiental más completos, con análisis de alternativas solventes y análisis sinérgicos con las plantas y los proyectos de la zona. En esto, desde el sector debemos ser ejemplares. Además, la empresa que no lo haga así, lo va a lamentar. En el contexto actual, ser ambicioso en la integración ambiental es la mejor estrategia para conseguir el éxito del proyecto.

Por otro lado, el gran número de proyectos en tramitación, aunque se plantea como una prueba de que se aprobarán plantas en zonas con alto impacto ambiental, en realidad es el mayor garante de que el proceso de autorización será todo lo exigente que debe ser. Pues con todos los proyectos que tiene la administración sobre la mesa, ésta tiene total certidumbre de que va a poder cumplir con los objetivos del PNIEC y de que no tiene ninguna necesidad de aprobar proyectos que no cumplan los más altos estándares de integración ambiental.

En los últimos años nuestro país ha avanzado mucho. Después del recorte a las renovables, estuvimos años sin instalar un solo MW y nadie quería venir a invertir en España, y ahora estamos entre los cinco países del mundo más interesantes para los inversores. Todos los que tenemos voz en este proceso tenemos la obligación de ser conscientes de esto y plantear soluciones responsables para el binomio renovables-biodiversidad. Como recordaba la vicepresidenta para la Transición Ecológica Teresa Ribera recientemente, reivindicar medidas como una moratoria hasta que no haya nuevos planes de ordenación territorial, sería renunciar a una década entera, que es clave en la transición energética.

Desafortunadamente, hay organizaciones que han pasado de denunciar el recorte a las renovables a reclamar una medida como la moratoria que tendría un mucho mayor impacto en términos de prestigio mediático, político y empresarial y generaría un clima de inseguridad jurídica que podría en serio riesgo el cumplimiento de objetivos de reducción de emisiones de nuestro país. Para cumplir con el PNIEC hacen falta solo en fotovoltaica 25 mil millones. Si se introduce una moratoria, ¿de dónde vamos a sacar este dinero? ¿Quién va a querer invertir en España? ¿Vamos a expulsar a todos los nuevos actores?

Esto no implica que deba construirse todo lo que se plantee. Para eso están el órgano sustantivo y el órgano ambiental, para no autorizar lo que no sea necesario o esté en una zona de alto valor ecológico. Lo que está claro es que el cambio climático no espera a moratorias. Después de lo que se ha luchado en este país para pasar de estar a la cola en transición energética a tratar de liderar, desde UNEF defendemos que debemos centrarnos en reforzar las herramientas que tenemos.

Por parte de la administración, es necesario mantener una alta exigencia en la autorización ambiental, contar con mayores medios para soportar el volumen de proyectos en trámite y con una mayor digitalización para un mejor flujo de información entre los distintos niveles (central, autonómico, provincial y local). Por parte de los desarrolladores,se deben seleccionar emplazamientos de bajo impacto, incorporar el análisis ambiental desde el inicio de los proyectos y aplicar medidas de integración y renaturalización.

En este proceso, desde UNEF queremos acompañar a las empresas del sector ayudándoles a elevar sus estándares. En 2019 publicamos nuestras Recomendaciones de sostenibilidad, y este año estamos trabajando para lanzar cuanto antes un sello de excelencia que ponga el listón muy alto y sirva para reconocer los proyectos que se estén planteando según estos principios. También estamos elaborando un estudio de mejores prácticas de integración social y ambiental para visibilizar estas medidas y dar a los desarrolladores una relación de las mismas para que las puedan aplicar en sus proyectos.

 

Alejandro Labanda, Director de Regulación y Estudios de UNEF.

Imagen: UNEF

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