La columna de UNEF: La emergencia climática está por encima de la derecha y la izquierda en España

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El 17 de septiembre pasado se declaraba la Emergencia Climática en España, un gesto donde se adquiría el compromiso de hacer del cambio climático una prioridad transversal a cualquier medida que se vaya a tomar en nuestro país. Tras un nuevo paso por las urnas, parece necesario acabar con la inestabilidad política y que el Gobierno saliente y los partidos de la oposición empiecen a trasladar el compromiso con el medio ambiente en medidas concretas que permitan acelerar la transición energética.

En España, somos especialmente vulnerables a las consecuencias del cambio climático y a la subida de las temperaturas, lo que convierte en urgente la tramitación del Marco Estratégico de Energía y Clima publicado como borrador en febrero de este año. Esto incluye la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, el envío a la Comisión Europea de la versión definitiva del Plan Nacional del Energía y Clima (PNIEC), así como su posterior implementación. 

Dentro del PNIEC, esperamos que el Gobierno incluya finalmente un objetivo específico para el desarrollo del autoconsumo fotovoltaico, clave en la descarbonización de nuestras ciudades. Y es que cuando las ciudades son responsables del 80% del consumo de energía y del 75% de las emisiones de carbono según las Naciones Unidas, el impulso del autoconsumo se confirma como una de las herramientas más eficientes contra el cambio climático, que además permite democratizar la energía.

Para aprovechar la gran capacidad de las ciudades de contribuir a la sostenibilidad del país a través de la energía fotovoltaica, necesitamos que el Gobierno saliente apoye el desarrollo del autoconsumo finalizando todos los aspectos aún pendientes de los RD 15/2018 y RD 244/2019. En este sentido, están aún sin finalizar puntos importantes como la implementación del registro de autoconsumo, la publicación de los protocolos de comunicación, el desarrollo de los coeficientes dinámicos para facilitar el autoconsumo colectivo y minimizar los excedentes, y la regulación de la conexión a red para facilitar los trámites de las instalaciones de autoconsumo. También es necesario apoyar las Comunidades Energéticas Locales, figura aún pendiente de desarrollar en la normativa.

Asimismo, es necesario incidir en que la tarifa eléctrica debe acompañar a la transición energética. Y para ello hay que revisar su diseño reduciendo el peso del término fijo. Según un estudio realizado por UNEF, en España tenemos el término fijo más alto de los países europeos analizados, con un 40% respecto a un 22% de media en Europa. Sufrimos, en consecuencia, una tarifa eléctrica que se levanta como una barrera a la eficiencia energética, donde los consumidores no ven recompensados sus esfuerzos en reducir su consumo y en una barrera al autoconsumo y al coche eléctrico, por alargar el periodo de amortización de las inversiones en las instalaciones de placas solares y puntos de recarga respectivamente.

Como dijo hace unos días un gran periodista de nuestro país, “España cuando tiene un proyecto es imbatible”. Que uno de nuestros proyectos, de todos, sea la transición ecológica.

Por María Colom, Directora de Política Energética de UNEF

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