Nueva tecnología agrovoltaica para invernaderos

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La startup israelí Trisolar, una empresa derivada del Centro de Investigación y Desarrollo Triangle, ha lanzado una nueva tecnología de sistema fotovoltaico plug-and-play para aplicaciones en proyectos agrivoltaicos e invernaderos.

“Se trata de un sistema de seguimiento fotovoltaico sensible a los cultivos para el interior de invernaderos”, explicó a pv magazine la fundadora y directora técnica de la empresa, Esther Magadley. “Se comercializa incluyendo la estructura de seguimiento, el motor, el controlador y los paneles solares especialmente diseñados”.

Los módulos son productos bifaciales fabricados por un productor no especificado, a partir de las especificaciones facilitadas por Trisolar.

“Son más pequeños y ligeros que los módulos fotovoltaicos estándar y semitransparentes, con una lámina posterior transparente y espacios entre las células”, explica Magadley. “Las piezas del sistema se ensamblan antes de su despliegue, lo que facilita al máximo la instalación dentro del invernadero”.

El sistema cuenta con un controlador de tipo controlador lógico programable (PLC) para alterar los ángulos del sistema de seguimiento, de modo que las plantas reciban el nivel de luz o sombra que necesitan para un rendimiento óptimo de crecimiento.

“En invernaderos con cubiertas que garantizan una luz difusa, el uso de paneles bifaciales garantiza una generación saludable de electricidad incluso en condiciones de poca luz”, afirma Magadley, quien señala que el sistema también elimina la necesidad de sombrear los cultivos en verano.

La empresa afirma que el sistema está diseñado para construirse con una quinta parte de la mano de obra necesaria para instalar sistemas fotovoltaicos convencionales. También puede instalarse en una amplia gama de climas. La empresa afirma que el sistema también puede utilizarse para una amplia gama de fines, como la desalinización y la refrigeración.

“Por lo que sabemos, somos el único grupo que ha trabajado con agrónomos durante los últimos cinco años y, como resultado, hemos demostrado en un gran número de estudios cómo nuestro sistema puede generar cantidades sustanciales de energía sin dañar en absoluto los rendimientos agrícolas”, añade Magadley. “Nuestro sistema tiene un precio competitivo con las instalaciones fotovoltaicas montadas en el suelo y suministra la energía con una huella de carbono muy inferior a la de cualquier otro sistema del mercado”.

La empresa ha construido hasta ahora varios demostradores en Israel.

“Los resultados de nuestros ensayos mostraron un aumento del peso de la fruta y del número de frutos producidos en el invernadero”, afirma Magadley. “Esto demuestra que el rendimiento de los cultivos no se ve afectado o incluso mejora cuando nuestro sistema se utiliza dentro de un invernadero”.

En enero, el Centro de Investigación y Desarrollo Triangle dio a conocer una investigación que mostraba cómo los módulos fotovoltaicos orgánicos podrían alimentar los invernaderos de politúnel. Según el estudio, estos paneles podrían ofrecer ventajas sobre los convencionales de silicio cristalino, a pesar de su menor eficiencia.

Magadaley explicó entonces que las soluciones fotovoltaicas orgánicas pueden ser semitransparentes o presentarse en distintos colores con diferentes propiedades de transmisión espectral. Transmiten la mayor parte del espectro luminoso necesaria para el crecimiento de las plantas, mientras que utilizan las otras partes del espectro luminoso para la producción de electricidad.

“Podemos producir electricidad sin afectar al crecimiento de los cultivos”, afirma Magadaley.

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