Portugal elimina la licencia de funcionamiento y explotación para la generación renovable durante dos años

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El Gobierno de Portugal ha aprobado medidas excepcionales para simplificar los procedimientos de producción de energía a partir de fuentes renovables, que estarán vigentes durante dos años.

El Decreto-Lei n.º 30-A/2022, promulgado el lunes,incñuye entre sus medidas la exención de la necesidad de emitir una licencia de funcionamiento o un certificado de explotación para los centros de generación de electricidad con fuentes de energía renovables, las instalaciones de almacenamiento y las unidades de producción para el autoconsumo, siempre que el operador de la red confirme la existencia de condiciones para la conexión a la Red Eléctrica de Servicio Público.

La propuesta del Gobierno también se centra en los procedimientos relativos a la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). En el caso de los centros de generación de electricidad a partir de fuentes renovables, siempre que no estén ubicados en zonas sensibles, el Gobierno quiere adaptar el régimen de AIA en situaciones de evaluación caso por caso.

Lo mismo debería ocurrir con el análisis y la decisión de los proyectos de producción de hidrógeno por electrólisis del agua cuyo proceso de producción está exento de peligro y contaminación, lo que sugiere la adecuación del AIA y de los regímenes integrados de prevención y control de la contaminación.

También en este ámbito, y con el fin de reducir los tiempos de análisis y decisión, los dictámenes y autorizaciones requeridos a los organismos administrativos pasarán a formar parte de los procedimientos de EIA o de análisis de incidencias ambientales.

También convierte en obligatorio que los proyectos vayan acompañados de propuestas para involucrar a las poblaciones locales, concretamente a través de la explotación de actividades tradicionales como el pastoreo de ovejas y gallinas y la apicultura; la habilitación de zonas para la plantación de especies autóctonas con valor económico o huertos comunitarios; proyectos de conservación de la naturaleza y la biodiversidad; y el suministro de electricidad a las comunidades energéticas o industrias locales o la coinversión de las poblaciones residentes.

Por último, se posibilita que los centros de generación eólica existentes inyecten toda su producción al PRAE sin limitación de la capacidad de inyección asignada administrativamente, de forma que se garantice la máxima producción posible en función de la potencia instalada de cada centro de generación.

 

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